Imagen de la salida o boca del emisario de la Savina, que lleva casi un año sin expulsar residuos fecales. | MANU SAN FÉLIX / VELLMARÍ

La boca del emisario de la Savina no suelta ni una gota de aguas residuales desde hace meses. Mientras tanto, múltiples fugas a lo largo de su recorrido hacen que los restos de la depuradora se filtren en zonas donde no debería ocurrir.

Así lo ha comprobado en diversas ocasiones, a lo largo de este año, el biólogo marino Manu San Félix en alguna de sus inmersiones. «De vez en cuando, cuando buceo miro el emisario y por lo menos desde enero de 2018 no sale nada de la boca», aseguró a Periódico de Ibiza y Formentera.

En lugar del fluido, un sedimento cada vez más grande de arena está enterrando el límite de la tubería, hasta el punto de que un mero, como se puede apreciar en las instantáneas que ha facilitado San Félix a este medio, ha hecho de la boca del emisario su propio refugio.

Las fugas
Paralelamente, muchas de las fugas de la canalización parecen estar «hechas a propósito». Según el biólogo, «tiene agujeros perfectamente circulares por los cuales están saliendo esas aguas residuales», algo que calificó de «sorprendente».

San Félix reprochó que durante todos estos meses el emisario «no está cumpliendo sus objetivos», pues está perdiendo todas las aguas residuales por el camino, a muy poca profundidad –en zonas de entre siete y ocho metros-, dentro del Caló de s’Oli, y encima de una pradera de posidonia.

Ante estas nuevas revelaciones, el Govern balear aseguró que esta situación es «temporal» y que se debe a que «se está llenando de agua la balsa de riego». En lo referente a las fugas de la tubería, añadió que actualmente se está llevando a trámite su reparación.

Sin embargo, el problema no es reciente y San Félix consideró que esta explicación «no justifica que el emisario no funcione» desde, como mínimo, principios de año. Asimismo, se preguntó si los agujeros que, a su juicio, se han abierto premeditadamente también van a ser reparados.

Las críticas a las malas condiciones del emisario, sobre todo por las fugas, son ya habituales, tanto por parte de particulares, como de colectivos medioambientales o del propio Consell de Formentera.

Desde el punto de vista de San Félix, «hay un importante trabajo que hacer y no es fácil». Pese a ello, insistió en que «hay que ser ambiciosos, trabajar por una depuración óptima y que las aguas salgan por un emisario bien construido y lejos de la costa».

La infraestructura tiene cerca de treinta años de antigüedad y sus características hacen que cada vez sea más inviable para su función. Por eso, desde Formentera insisten al Govern balear que deje de poner parches y se haga una renovación integral del emisario.