La consellera de Medi Ambient, Daisee Aguilera, explicó ayer que «todo indica que el filtro de la prensa de la máquina compactadora de los fangos no funciona correctamente y los deja en estado líquido». Por este motivo, Formentera ha solicitado un informe técnico que explique por qué ha bajado el grado de compactación y de deshidratación de los fangos que salen de la depuradora y «se depuren responsabilidades derivadas del mal funcionamiento».
Larvicidas
Además, la consellera señaló que «llama la atención que, sabiendo desde hace un tiempo que el rendimiento del secado de los lodos es menor, no se haya previsto la tenencia de productos larvicidas para aplicar en el momento de entregar el barro a los agricultores de la isla de Formentera y que tampoco se hayan enterrado los fangos, hechos que han provocado los problemas de moscas actuales».
Para Aguilera, «la falta de información y de una guía de buenas prácticas o documento similar que indique cómo se debe proceder a la hora de aplicar los lodos ha contribuido a agravar los problemas actuales y en el caso de que el filtro de prensa tenga deficiencias en el secado, no se entreguen lodos a particulares y que soterren o retiren aquellos que se han dejado en los campos y se apliquen insecticidas para subsanar la problemática».
Cabe destacar que en la planta de transferencia de residuos de Formentera también se ha dado este mismo problema. «El Consell de Formentera es consciente de que hay una sobrecarga en la depuradora y por colaborar con la eliminación de fangos autorizó a la empresa a depositar lodos en dicha área, pero exigiendo que estuvieran en las condiciones que marca la ley y no de la manera que lo han hecho», concluyó Aguilera.
Testimonios
Desde el pasado fin de semana los vecinos de las zonas de Cap de Barbaria y Cala Saona sufren una auténtica plaga de moscas a lo que se suman los malos olores provenientes del vertedero y de zonas agrícolas, donde al parecer se han vertido lodos sin secar provenientes de la depuradora de Sant Francesc. Primero fue el olor intenso que a muchos hizo pensar que se trataba de algún animal muerto, pero al aparecer tanta cantidad de moscas estimaron que el problema era mucho mayor. Las consecuencias: cerrar las casas, no poder trabajar ni hacer vida al aire libre, proteger a las mascotas e intentar luchar con todos los medios disponibles antes auténticas nubes de estos insectos. Una vecina comentó que «no podemos dejar salir a jugar a los niños al jardín ni refrescarse en su mini piscina, no se puede comer fuera ni abrir puertas o ventanas, una auténtica pesadilla». Roberto, por su parte, es agricultor y señaló: «Es muy difícil trabajar fuera en el campo ya que son auténticas nubes de moscas».
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