Cuidar la salud de las abejas para apoyar el medioambiente

Amics d’Apicultors d’Eivissa es una asociación sin ánimo de lucro que organiza actividades para aficionados y aprendices

Hasta 40.000 abejas pueden vivir en solo una colmena. En el terreno visitado este domingo había diecisiete de estas colmenas.

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Hasta 17 personas se enfundan un traje de protección especial para evitar cualquier tipo de picadura. No son apicultores profesionales, ni se dedican al negocio de la miel. Son aprendices o voluntarios, aficionados a la apicultura en general que este domingo, como ya han hecho en otras jornadas de este estilo, participan en un curso de introducción a la apicultura que este domingo ha celebrado la segunda de sus jornadas.

Tras una primera parte de formación teórica que han realizado en Can Portmany, los miembros de la actividad se desplazan a un terreno muy cercano a la entrada al pueblo de Sant Rafel. Ahí les han cedido el espacio para realizar el trabajo de formación con hasta diecisiete colmenas de abejas -cada colmena cuenta de media con entre 15 y 40 mil abejas- para vigilar su salud.

La persona que hay detrás de la organización de esta actividad es Marcos Escandell, apicultor aficionado y miembro de la junta directiva de Amics d’Apicultors d’Eivissa. Él mismo explica que esta asociación nació el año 2022 y que posteriormente, en 2023, serían reconocidos como entidad. Su labor principal es la de apoyar a los socios, apicultores profesionales, con aquello que pueden necesitar, entre otras cosas, el soporte de dos veterinarios, para que estos sean más efectivos.

«El objetivo con actividades como esta es mejorar el estado de salud de las colmenas de Ibiza», asegura Escandell. Estas están peligro, explica el apicultor, por varios factores: «la falta de lluvia, la falta de floración y ciertas enfermedades, como la varroa, que es un ácaro que les chupa la grasa y las debilita»,

Para él, la parte más importante de su labor, y esa se cumple con actividades como esta, es la de concienciar y formar a la gente «al final es un animal de producción que requiere unos cuidados muy especiales».

Tras estas explicaciones, Marcos se enfunda en su traje completo y marcha, junto a los otros apicultores, a la zona de las colmenas. Allí, un zumbido incesante de abejas les acompaña en las explicaciones que Juan José de Diego -de amarillo en las imágenes- apicultor profesional, les ofrece sobre el estado de salud de las abejas y de la colmena a los aprendices de este particular curso.