A las diez y media de la mañana ya estaban todos los alumnos expectantes para empezar las jornadas en la recepción del auditorio. Ahí recibían las primeras directrices del coordinador de las jornadas, Miguel Falomir y, una vez explicado el procedimiento a seguir en estos días, los alumnos se dividían según sus instrumentos en las diferentes salas y, a partir de ahí, la música empezaba a brotar por todas partes proveniente de los diferentes instrumentos allí presentes. Respecto a esta décima edición de la Trobada Orquestal, se ha pronunciado su coordinador. Falomir ha explicado que es un proyecto para «dar oportunidad a los jóvenes músicos de Ibiza para seguir aprendiendo música durante el verano, seguir formándose y perfeccionando sus estudios musicales, además de una gran oportunidad junto a músicos de prestigio». De esta manera, los alumnos de los diferentes centros de la isla cuentan con maestros fuera de lo cotidiano.
Repertorio complejo
Sobre el desarrollo, Falomir ha explicado que se desarrollará un repertorio orquestal, cuyo objetivo también es «dar a conocer la creación musical de mujeres compositoras, interpretando la obra de Fanny Mendelssohn». Para él, el repertorio es muy ambicioso porque se suele interpretar por orquestas sinfónicas profesionales, «mientras que aquí encontramos alumnos en su etapa de formación».
Un gran conocedor de estas Trobadas Orquestals es Rafael Adobas, un joven músico ibicenco actualmente residente en Alemania. Participó en hasta cuatro ediciones como alumno, y ahora ha vuelto, aprovechando sus vacaciones en la isla, por primera vez como profesor de viento – madera. Es por ello que le hace «especial ilusión estar en un día como hoy».
Debut como profesor
Flautas, oboes, clarinetes y fagotes es lo que impartirá Rafael durante estos días hasta la llegada de la Directora de la Trobada, Beatriz Fernández. Él también ha recalcado lo ambicioso del repertorio «con la sexta sinfonía de Beethoven, la sinfonía pastoral como cierre». Es su primera vez como instructor pero espera repetir en el futuro «porque le hace una especial ilusión y aprovechar su paso por la isla con algo así».
Ilusión y nervios
Entre los alumnos de esta décima edición destacaba por encima de todo la ilusión pero también los nervios ante la complejidad de las obras que han de aprender de cara al concierto de este mismo sábado. En este sentido se ha expresado Julia y Natalia, dos jóvenes músicos que estudian juntas en el conservatorio de Ibiza, especialistas en el contrabajo, en su segunda y cuarta Trobada respectivamente.
Ambas han disfrutado mucho de las anteriores ediciones pero ahora se sienten ante un reto «por una partitura muy complicada como es una sinfonía de Beethoven». Respecto a las jornadas, Natalia ha explicado «que es una manera de revivir la música en el tiempo de verano, para no estar tanto tiempo sin tocar. Además es una manera de conocer a otros estudiantes que comparten la misma pasión». En un sentido muy similar se ha expresado Ana, una joven chelista que, ella sí, va a disfrutar de su primera Trobada. En cuanto le dieron la sinfonía pudo ver lo complicada de esta, lo cual le hizo ponerse «un poco nerviosa» como ella mismo dice. Y pese a ello está muy contenta de «retomar la música durante el verano» y más teniendo en cuenta que este mismo año inicia sus estudios en el Conservatorio profesional.
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