Así dio comienzo el programa con las primeras puestas en escena dirigidas especialmente a los estudiantes más pequeños del municipio de Vila. Pudieron disfrutar de la justa de caballos medievales, en el Parque Reina Sofía, que no se llevaba a cabo desde hace «muchos años». La justa es el combate singular que se hacía en la Época Medieval entre dos contendientes, a caballo y con lanza y así lo representaron al pie de las murallas de Dalt Vila un equipo de profesionales.
Así mismo, hubo un espectáculo musical de marionetas gigantes en Plaza del Parque, en la que se contaron leyendas de Ibiza como la de los Fameliars, esos traviesos, trabajadores y comilones duendes que habitan en el puente viejo de Santa Eulària des Riu.
A estos dos puntos de actuaciones acudieron los colegios en horarios diferentes, pues se repartieron los espacios y los horarios para evitar aglomeraciones. Ambas actuaciones continuarán durante todos los días que dura de la feria. Además, la zona de plaza del Parque siempre contará con actividades para los niños.
Catiana Fuster, concejala de Educación y segunda teniente alcalde del Ayuntamiento de Eivissa, acompañó este jueves a los alumnos «con mucha alegría y diversión». Desde su plano político asegura que «como teniente alcalde, que este equipo de gobierno haya apostado por una fiesta medieval más grande y más amplia, es un llamamiento a la ciudad, a parte de que nos gusta mucho lo que se hace lo queremos mejorar y es de lo que se trata». Como concejala de Educación aseguró tener «el regalo de su vida», al ver «las caras de los niños, que tenemos a 700 alumnos sentados y expectantes, algo que es complicado de conseguir».
Pero también recibió y vivió el evento como vecina ibicenca de sa Capelleta asegurando tener «los pelos de punta». «La verdad que estoy contenta de que podamos sacar nuestras ideas y todo lo que la gente nos pueda ofrecer a las calles, es por y para todos nosotros», precisó.
Por su parte, el concejal de Fiestas, Francisco Torres, no ha dejado de llenar el casco antiguo de Ibiza desde que inició su regiduría en fiestas. «Lo que es bonito es la decoración y sentir el ambiente que tiene ahora Dalt Vila y sus alrededores que está mágicamente decorado y que está muy incluído dentro de lo que es la época medieval. Estamos superando expectativas y número de participación», afirmó.
Desde Vila afirmaron el haber podido recuperar la actividad con los caballos llevando a cabo todas las medidas de la Ley de Protección Animal.
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