Si en algo coinciden los vecinos y trabajadores de la calle Antoni Riquer es en la tranquilidad que se respira, independiente de la época del año. Esto, siendo una de las calles cercanas al famoso West End, es todo un reto. «Parece que la gente que va al West End se queda más allí y en esta calle ni lo notamos. Es muy tranquila para los vecinos y trabajadores», señaló Inmaculada, dependienta de la única tienda de juguetes de la vía. Este local es de los pocos negocios «a la antigua» que se mantienen todavía vivos en Sant Antoni.
De hecho, como asegura Inmaculada, ahora «se dedica más a la gente de aquí», aunque la calle sigue siendo un paso de turistas constante. Asimismo, explica que todavía hay gente que compra en la tienda física, pese a la gran influencia del mercado online.
Menos comercios
El otro local de toda la vida que todavía se mantiene en Antoni Riquer es una pequeña mercería llamada Marvi y que lleva asentada en la vía desde hace más de 60 años. En ella trabaja Conchi, que con una sonrisa atiende a vecinos y algún que otro turista despistado. «Esta calle ha sido siempre una arteria de Sant Antoni», asegura la gaditana, que matiza que «es cierto que ahora el Passeig de ses Fonts se queda más a los extranjeros».
Conchi explica que hace años la calle algutinabamuchos más comercios que los que hoy en día se mantienen. «Había una panadería haciendo esquina que era muy famosa», manifestó la vecina del municipio,
Un bar de toda la vida
Sin duda, como coinciden muchos vecinos de Antoni Riquer, el bar Es Clot, ubicado en la esquina y frente a la Iglesia de Sant Antoni, es uno de los más concurridos de la zona y en el que conviven vecinos y turistas. «Desde hace un mes notamos mucho la llegada de turismo. Se llena muchísimo», señaló uno de sus encargados.
En el mismo bar, Antonio, uno de los clientes más fieles, también recordó la actividad que Antoni Riquer poseía tiempo atrás. «Esa panadería, Can Fumeral, daba pan a toda Ibiza prácticamente pero la cerraron hace años. Siempre ha sido una calle muy comercial. Al final de la calle, hay un tramo con más actividad», señaló Antonio.
A su lado, Marià también afirma que Antoni Riquer «sigue siendo una calle principal» en Sant Antoni y que el turismo no afecta en exceso a la tranquilidad de esta. «Por aquí lo único que ves es a los turistas viniendo desde Playa d'en Bossa a su hotel. Nada más», explicó el vecino.
Asimismo, ambos amigos hacen referencias a las obras que actualmente está sufriendo la calle. «Parece que en Sant Antoni se hacen dos de cada tres obras», señaló uno de ellos entre risas.
En Es Clot aprovechaba Jaime y Antonio, dos amigos de Sant Antoni, desayunar como cada mañana. «Camila, lo de siempre», se anticipó Antonio a la camarera del local.
«Esta calle tiene mucha historia», manifestó Jaime. Jaime explicó que el sótano del restaurante Es Clot, antiguamente, era una cantera de bloques de marés, un tipo de material muy popular en las Islas Baleares, y en Ibiza, con el que se construían las casas. «Este bar tiene tres sótanos de este tipo de bloque», añadió.
Con todo, la calle Antoni Riquer es una magnífica vía en la que conviven tanto vecinos todo el año, negocios de toda la vida y actuales, y turistas que buscan disfrutar unos días de Ibiza.
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