La influencer Tamara Gorro se encuentra disfrutando de unos días de vacaciones de Semana Santa en Ibiza. El fin de semana pasado ya estuvo en la mayor de las Pitiusas, pero regresó a Madrid para su trabajo como colaboradora en el programa ‘Y ahora Sonsoles'. Este jueves ha regresado a Ibiza, la isla en la que es tan feliz que incluso se ha comprado una casa para hacer sus estancias más largas siempre que puede.

Estos días está compartiendo tiempo en familia con sus dos retoños y su expareja, el futbolista Ezequiel Garay, con quien mantiene una bonita relación de amistad tras su ruptura. Gorro y su familia han visitado Es Vedrà, «uno de los lugares más magnéticos de la tierra», además de pasear por la costa y, por primera vez, probar el café caleta viendo el mar. Además, están aprovechando para hacer divertidas actividades con los niños, como visitar un parque de actividades en el bosque.

Pero no todo es positivo estos días para Tamara Gorro en Ibiza. Inevitablemente, se ha acordado de su abuelo, su ‘yayo' como ella siempre le llamaba, quien falleció recientemente. Por ello, se ha sincerado con sus seguidores por si alguien está pasando por algún trance parecido. «Anoche cuando dormía a mis niños necesitaba llorar mucho y lo hice. Hoy [por ayer] el día fue muy malo para mí. Dentro de esa alegría con los pequeños, algo que a la fuerza tienes que sacar, la tristeza y las ganas de llorar me invadieron. En este día y medio me vienen las peores imágenes de mi yayo, cuando más malito estaba y eso me destroza…», afirma.

Tamara Gorro prosigue explicando que su psquiatra le ha dicho que lo que le está pasando es el duelo por la pérdida de su abuelo. «Mi psiquiatra me dice que esto tiene nombre, duelo. A la vez me felicita por lo bien que lo estoy haciendo. Y yo también estoy muy orgullosa de mí porque este bache en mi vida en otro momento hubiese significado una recaída importante, pero tengo mucho dolor...necesito mucho verle y abrazarle. Creo que lo que realmente necesito es mucho amor. No es malo pedirlo, más bien es honesto».

La influencer sigue sincerándose y reconoce que «la felicidad son momentos y ahora no es el mío. Por eso hay que escuchar al cuerpo y darle lo que necesita. El mío solicita amor, atención, cariño, protección, diálogo...quizá ese que siempre mendigué. Simplemente soy persona y, por eso, comparto esto con vosotros porque probablemente alguien sienta lo mismo que yo, por duelo o por cualquier otro motivo. No eres raro, repito, eres persona. Estoy contigo», concluye Tamara Gorro.