Algunos vecinos llegan a sa Capelleta. | M.P.R.

Una veintena de vecinos de Sant Josep se reunieron este pasado domingo poco antes de las 12 horas en sa Creu d’en Mestre para hacer la tradicional caminata a sa Capelleta d’en Serra.

Antes de empezar, tres mujeres más mayores ya empezaron a su marcha, ya que ellas están acostumbradas a andar todos los días. La jornada estuvo marcada por el frío y el viento, pero no frenó las ganas de dar un buen paseo. Al principio, no había mucha gente, pero poco a poco se han unido más personas u otras bajaban ya de la montaña. Además, Xicu, un vecino mayor de la zona, fue indicando a quien iban con él varios caminos por donde se podía llegar a la capilla. Otros quisieron ser más rápidos y subieron en coche para poder llegar a lo más alto.


Cumpliendo la palabra

La historia de esta capilla se remonta al año 1919, cuando Vicent Serra, propietario por aquel entonces de unas tierras de la zona, fue enviado al Servicio Militar Obligatorio y posteriormente tuvo que marchar a la guerra. Ante tales adversidades, Serra prometió que si algún día lograba regresar a Ibiza con vida prometía construir una capilla en la zona. Desde entonces, muchas personas han hecho promesas al cristo y dejando las ofrendas que dijeron si se cumplía. Por ejemplo, una mujer llegó a subir de rodillas con su hija en brazos porque juró que si se recuperaba la pequeña de una enfermedad lo haría.

Y de donde surgen promesas, también surge el amor en sa Capelleta d’en Serra. Hace justo un año, Francesc Josep Ribas le pidió salir a su actual pareja, Neus Riera, ambos ayudantes en Protección Civil, por ello esta fecha era tan señalada para ellos y que coincidiera con la caminata lo hacía mucho más especial. Asimismo, Riera apuntó que para ella este siempre ha sido un lugar de paz y calma. «Cuando no vengan los mayores a cuidar todo esto, no sé que pasará», lamentó Riera.

Una vez llegaron a lo más alto los vecinos, el obispo de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas, procedió a dar una misa donde se encuentra la cruz de la pequeña parroquia. Cuando concluyó, aquellos que no habían subido a la capilla acompañaron al obispo, donde se le leyó al cristo un ‘gotxo’, escrito por Joan Marí Tur, ‘Botja’, y dedicado a sa Capelleta d’en Serra en su centenario, que fue en el año 2019.
Una vez concluida la jornada, algunos se quedaron a hacer un ‘dinar de senelló’.