Algunos como Victor Zambrana, supervisor de camareros, o Aroah Martínez, cajera, llevan 10 y siete años respectivamente en la empresa, y aunque consideran que es un «trabajo duro» las posibilidades de crecer internamente son muy altas. «Yo he pasado por el departamento de limpieza, barman, runner, camarero y finalmente supervisor», señaló Victor. «No todo el mundo aguanta la presión y el trabajo que hay aquí. Pero si cumples, la empresa cumple contigo. Es recíproco», apuntó el ibicenco.
Para otros, como Javier Bufí, runner, su hermano David Bufí, runner de cocina, o Sara Costa, camarera, son los primeros años trabajando en O Beach Ibiza y destacan, por encima del resto, el «buen rollo». Prácticamente toda la plantilla son residentes en la isla y, algunos de ellos, como es el caso de los hermanos Bufí, son família, hecho que se refleja en el ambiente de trabajo. «La presión es muy alta. Hay jornadas que al final del día sacamos 1.500 platos. Sin un buen ambiente, eso no es posible. Aquí puedes hacer amigos para toda la vida y es lo que te llevas», señaló David Bufí. «Al final, nos cubrimos unos por otros ya no por trabajo sino por amistad», puntualizó su hermano Javi.
El compañerismo es latente en O Beach Ibiza en todos los sectores, incluidos los propietarios. «Es usual verlos por aquí y son los primeros en echan una mano. No se les caen los anillos; son gente muy cercana», señaló nuevamente Javier Bufí. En este sentido, no es de extrañar que la gran mayoría de empleados, más de 400 contando todas las secciones, repita temporada tras temporada. Muchos de ellos, incluso, continúan trabajando para la empresa en invierno gracias a la oferta laboral en otros países, como Londres o Dubai.
Desde sus inicios en 2011, la clientela de este establecimiento es en su mayoría británica. Un hecho que no desagrada a los trabajadores y que incluso «prefieren». «En mis dos años trabajando jamás he tenido un problema con ningún cliente. Son muy educados y al final crear un vínculo con muchos de ellos», explicó Sara Costa. «Yo prefiero al cliente inglés. Son mucho más educados, siempre con buenas palabras y también se nota a la hora de pagar. El cliente británico entiende más al camarero, miran a tu alrededor y sabes lo que estás abarcando», puntualizó Víctor.
O Beach Ibiza ha revolucionado el ocio diurno hasta convertirse en uno de los establecimientos punteros de la isla, no únicamente gracias a un espectacular show sino también con una oferta gastronómica muy potente. Eso, unido a la buena música, hace que muchos clientes lo consideren el escenario ideal para pedir la mano a su pareja o que estrellas internacionales acudan a este conocido local de Sant Antoni. «Aquí hemos tenido de todo, incluidas muchas pedidas de matrimonio. Uno de los días que tengo marcados esta temporada es cuando Ed Sheeran se pasó por el club por sorpresa y se subió en el escenario a cantar un par de canciones. La gente se volvió loca», concluye Víctor.