Las dos parejas extranjeras, este jueves, en el Consell de Ibiza. | Irene Arango

Dos parejas extranjeras han sido este jueves el foco de atención en el Consell d'Eivissa. Exultantes y felices estas cuatro personas han sido homenajeadas, con motivo del Día del Turista, por su fidelidad a Ibiza desde hace más de 40 años. Desde su llegada, el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, ha querido agradecer esta lealtad a los cuatro: «La mejor promoción es la de los turistas que regresan cada año. Nuestros mejores embajadores son los visitantes que repiten en Ibiza», ha resaltado Vicent Marí mientras les entregaba una escultura de la diosa Tànit como reconocimiento a su fidelidad a la isla, regalo que estas personas han recibido con una amplia sonrisa en el rostro.

Uno de los más risueños ha sido el turista holandés Richard Lamens, que desde muy pequeño ha estado ligado a la isla de una forma muy especial: la historia de su madre en Ibiza se remonta a la época hippie en la que trabajó como recepcionista en un hotel de Cala Llonga. Con el tiempo, ha relatado su hijo, pudo comprarse una casa en esta zona de la isla. «Al final esta casa la tuvo que vender y se alquiló una finca en Sant Josep», apuntó Richard haciendo hincapié en que actualmente esta compra hubiese sido imposible.

Richard Lamens y Sherly.
Fotos: Irene Arango.

«Empezó a venir porque le resultaba más barato pasar las vacaciones aquí y, además, siempre tenía trabajo, pero ahora las cosas han cambiado mucho», explicó mientras señalaba que cuando él comenzó a veranear en Ibiza pagaba 100 libras por permanecer dos semanas en el hotel y ahora 400 libras por una noche. También ha recordado cómo con 17 años empezó a trabajar en una discoteca todos los veranos mientras su madre trabajaba en la recepción del hotel. Es tal el vínculo con Ibiza que, según este risueño turista, cuando su madre falleció fue enterrada en el cementerio del Puig de Missa de Santa Eulària.

Una unión que para Richard será eterna y que ha querido trasmitir a sus hijos y su mujer Sherly. «Nuestro hijo mayor vive aquí desde hace cuatro años. Tenemos cuatro hijos y once nietos y todos vienen a Ibiza», ha apuntado. Respecto a la evolución del turismo, este visitante, que actualmente vive en Inglaterra, ha destacado el progresivo aumento de turistas jóvenes que llegan a la isla con el objetivo de «pasarlo bien». Sin embargo, ha reconocido que los elevados precios de los hoteles, asequibles para muy pocos turistas, evita una llegada masiva de estos jóvenes.

Alexander y Susanne Bratmaier.
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En esta misma línea se han mostrado los turistas Alexander y Susanne Bratmaier, que están alojados en un hotel en Platja d'en Bossa. Ambos han destacado la buena acogida que siempre les ofrece Ibiza, ya que siempre se sienten bien atendidos y queridos. «Es nuestro segundo hogar», apuntó Susanne junto a su marido mientras Vicent Marí recalcaba que la isla es un destino que siempre acoge a los visitantes con los brazos abiertos y les hace sentir como en casa.

«Llegué aquí por primera vez con 16 años, luego conocí a Alexander y empezamos a venir juntos. Mis hijos también vienen, pero lo hacen con sus parejas», explicó esta mujer entre risas. En este sentido, apuntó que viajan a Ibiza dos o tres veces al año, pero siempre en junio y septiembre, nunca en julio y agosto debido a la masificación turística. En esta misma línea, Alexander puntualizó que es normal que tanta gente quiera visitar la isla porque, según este visitante, Ibiza tiene los mejores beach clubs.

«Los precios han subido mucho estos últimos años, pero supongo que la marca Ibiza se paga también. Los turistas que prefieren pagar menos, imagino que se van a Mallorca», explicó este hombre mientras recordaba cómo han subido los precios en las discotecas. «Empezamos pagando 800 pesetas por dos bebidas y el otro día dos consumiciones costaron 16 euros. Ya en el año 2008, tuvimos que pagar 80 euros para acceder a Privilege», puntualizó este turista destacando este gran incremento de costes en los últimos años.

También le llama la atención el desarrollo turístico y los cambios que ha provocado en la isla, puesto que los residentes en verano están condicionados por el turismo de diversión. «Se ha pasado de una cultura hippie en la isla a tener a muchos turistas de fiesta», manifestó junto a la coordinadora de turismo del Ayuntamiento de Sant Josep, Eva Ruiz, que les estuvo acompañando en todo momento durante la jornada de este jueves.