Estamos conmocionados por la noticia de la imputación del comisario de la Policía Nacional ya jubilado Antonio Cerdá, a quien todos considerábamos el Eliot Ness mallorquín y puede acabar siendo el Villarejo de Randa, Dios no lo quiera.

Pero no adelantemos acontecimientos. Como es sabido en Balears todo el mundo es corruptible, excepto Jaume Far, el director de la Oficina Anticorrupción más inútil que nuestros representantes políticos han sido capaces de crear, de modo que nunca les investigue a ellos y se centre en dirigir sus pesquisas contra el PP, que para eso lleva en su ADN la corrupción, según el juez de Podemos Juan José Yllanes, que a falta de argumentos más sólidos recurre a la genética. Así debía dictar sus sentencias.

El juez Juan Manuel Sobrino ha imputado a Cerdá y al actual inspector jefe antidroga, Antonio Suárez, acusados de recibir sobornos. Qué poca originalidad. Los cita para el mes de octubre, que no hay prisa en disipar las sospechas. Si la Justicia hace esto con dos policías, imagínese cómo actúa con el resto. Así se comprenderá mejor que a los jueces y fiscales les importe tres pimientos tener imputados durante años a personas acusadas de graves delitos.

El juez cree que Cerdá y Suárez habrían pasado información a los clanes de narcos de Son Banya sobre investigaciones que les afectaban. Cuesta creerlo, pero más costaba creer en 2008 que José Gómez ‘Pepote’, el inspector jefe de atracos, tratase de extorsionar a ‘La Paca’. Ni el juez Jose Castro, amiguísimo de Pepote, podía dar crédito. Pero los peores temores se fueron confirmando porque Jaume Far tiene razón.

Debe de haber algún error. No se puede descartar que ‘La Guapi’ (la hija de la ‘Paca’), ‘EL Ico’ (vástago de la matriarca) y ‘La Bizca’ hayan tendido una trampa a los agentes. Es mosqueante que Cerdá reclame por teléfono a ‘El Ico’ un libro, porque no sabe leer. A jueces y fiscales les ha dado últimamente por creer a pies juntillas a este dechado de moralidad. Si al juez Penalva y al fiscal Subirán les mereció toda la credibilidad del mundo para acorralar a Tolo Cursach, también habrá que creerle cuando señala a dos peces gordos de la Policía Nacional. Para poner coto a la corrupción no quedará más remedio que nombrar fiscal superior, comisario superior y presidente de la Audiencia a Jaume Far, el único incorruptible. Y al ‘Ico’ su mano derecha.