El diputado por Ibiza Salvador Aguilera decidió abstenerse en la votación del grupo parlamentario que acordó expulsar a Xelo Huertas y Montse Seijas de Podemos. Aguilera, en lugar de dar explicaciones, optó por salir deprisa y corriendo para no razonar su voto. ¿Qué significa la abstención? ¿Le parece bien el follón que ha montado su partido en el Parlament? ¿Cree que Huertas y Seijas son unas corruptas, como dijo Jarabo? ¿Le gustan los métodos de su secretario general? Hubiese estado bien conocer qué piensa Aguilera sobre lo que ocurre en su grupo parlamentario, que va más allá de una pelea interna porque salpica, y gravemente, la estabilidad institucional. Pero Aguilera salió por la puerta de atrás. No sabemos si se cruzó con Aitor Morrás, Viviana de Sans y Gianandrea di Terlizzi, que acudían raudos y veloces a jurar fidelidad a Jarabo. Otro error innecesario que habrá tiempo suficiente para comentar en el futuro.
Aguilera es un diputado peculiar. Hace apenas unos días pedía a través de twitter una entrevista a nuestro periódico tras unos tuits misteriosos sobre qué opción defender ante la cita de Vista Alegre de su partido, cuyas aguas andan revueltas. Al final, siguiendo el ‘Valdés style’, la culpa es del bajo nivel periodismo de esta isla. Ante tal mayúscula eminencia de la política internacional como Salvador Aguilera es difícil replicar y prometemos esmerarnos en el futuro, pero el diputado de Podemos, que para eso cobra, debe explicarse. Justificar su voto. Opinar sobre la crisis gratuita que ha creado su partido. Y luego, si le parece, debatiremos sobre lo demás. Pero hay que dar la cara y no salir por la puerta de servicio señor diputado. O marcharse a casa.