Es llamativa la situación del exconcejal Aitor Morrás. Por la mañana trabaja como inspector de turismo y por la tarde como taxista, pero lo más sorprendente es que Morrás fue contundente a la hora de exigir el cumplimiento de la jornada de descanso al colectivo del taxi. Además, puede existir una clara incompatibilidad al trabajar para un empresario al que benefició cuando ocupaba un cargo político. Más allá de la legalidad o ilegalidad del asunto, sería bueno analizar si Morrás aplica la ética que él abanderaba cuando era político.
La exconsellera Gómez no está legitimada para dar lecciones sobre gestión sanitaria
En política no debería valer todo. Y es del todo indecente que la exconsellera de Salut Patricia Gómez, actualmente diputada socialista, denuncie la mala gestión de la sanidad ibicenca cuando ella fue la principal responsable del caos que vivió la isla durante años por falta de médicos. Mientras la sociedad ibicenca salió a la calle para exigir más profesionales, ni Gómez ni sus compañeros de partido mostraron la más mínima empatía con los usuarios de la sanidad pública. Para ir ahora a dar lecciones a los demás.
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