Por muchas acciones que adopten los ayuntamientos, el problema de la venta ambulante parece no tener fin. El material es incautado, los responsables multados, pero al día siguiente vuelven los vendedores a las playas. Es su única manera de sobrevivir, de poder comer, y por mucho que los agentes municipales actúen al día siguiente todo volverá a ser igual.
Cala Salada: no basta con hacerse una fotografía
Todos recordamos las fotografías que se hicieron los políticos el día que se limitó el tráfico a Cala Salada. La decisión era magnífica, un gran acierto, abrazos por aquí y besos por allá, pero la realidad, muchas veces, es tozuda. Los vecinos están hartos del caos circulatorio que se produce ahora en Punta Galera. Seguro que ningún político ha ido a hacerse una fotografía.
Desautorización en toda regla a la presidenta Armengol
La presidenta del Govern, Francina Armengol, no olvidará fácilmente la desautorización en toda regla del presidente de Aragón, quien a la propuesta ‘armengoliana' de pactar un gobierno presidido por Sánchez le contestó que a la líder balear le había dado el «viento de Tramuntana». Y en Ferraz respaldaron las tesis del presidente aragonés. O Rajoy o elecciones.
2 comentarios
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Legalizarlo, para poder controlarlo, es taaaaan fácil.
Hay una solución que se hace en la costa de Perpignan francesa y es que paguen una autorización que llevarían consigo para poder realizar venta ambulante y eso limitaría entre ellos este desmadre pudiendo sólo comprar al acreditado como sería más dinero para las arcas.