En las últimas semanas, Figueretes ha sido noticia por varios sucesos que, aunque no han tenido consecuencias graves, sí han generado alarma social entre quienes viven en el barrio y en el resto de la ciudad. Lo cierto es que esta zona siempre ha sido conflictiva y su degradación ha sucedido a la vista de todos sin que nadie hiciera nada para evitarlo.
A Figueretes lo llaman hoy el Bronx de Ibiza. No creo que estemos a ese nivel pero sí es cierto que algunos sucesos nos hacen pensar que la situación se puede deteriorar aún más. Por eso ha molestado tanto que la mano derecha policial del alcalde Triguero, Julián Córdoba, haya dicho que Figueretes es un barrio seguro. Más ha molestado aún que Córdoba haya reducido la alarma de los vecinos a una mera «sensación subjetiva». La experiencia me dice que cuando un cargo público une las palabras «sensación»/«percepción» con «subjetiva» es porque no tiene ni idea de cómo solucionar el problema. Así que es mejor que los vecinos queden como paranoicos que reconocer que algo pasa y que no se sabe cómo resolverlo. El típico «estás loca» de tu pareja cuando te está puteando de forma sibilina y cree que eres imbécil.
A pesar de nuestro cosmopolitismo, Ibiza no deja de ser una pequeña ciudad con los medios de una pequeña ciudad. Esto se traduce en fuerzas de seguridad fijadas en función de la población censada y, obviamente, por muy bien que lo hagan los agentes, no cuentan ni de lejos con los medios que realmente necesitarían para poder trabajar ante una realidad que nada tiene que ver con lo que dicen los papeles. Pero tenemos los mimbres que tenemos así que nos queda rezar para que el Bronx vilero no vaya a más porque ya solo nos faltan el típico caso aislado de machete volador y algún zombie fentanílico para hundirnos del todo.
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Como siempre creando una mentira, Bronx de Ibiza, causada por un pobre chico que ha acabado en el psiquiátrico de Palma