Tarjetas de aparcamiento, prestaciones económicas, facilidades para encontrar un empleo, ayudas en vivienda y para la adaptación de la casa, apoyos educativos, acceso a tratamientos... éstas son algunas de las ventajas que pueden mejorar la calidad de vida de miles de personas que luchan cada día por tener una vida más fácil e independiente. Todas estas medidas están detrás del largo y tedioso proceso que viven estos vecinos y sus familias hasta lograr el certificado de discapacidad desde que solicitan el reconocimiento del 33 % de minusvalía o la revisión del grado. Sin ir más lejos, actualmente, más de 1.500 personas de Ibiza siguen esperando recibir una valoración de su situación desde hace más de un año, cuando esta demora, por ley, no puede superar los seis meses.

Todo ello mientras estos residentes siguen encontrándose cada día con decenas de barreras y obstáculos que dificultan su autonomía e impactan en su calidad de vida. Por este motivo, las ayudas suponen para estos vecinos medidas imprescindibles que no pueden esperar tanto tiempo. Entre las razonas principales de esta demora están la falta de personal –la isla ha estado años sin poder cubrir la plaza de médico del equipo de valoración– y la necesidad de tramitar múltiples solicitudes y documentación ante la administración. Desde Asuntos Sociales, conselleria encargada de gestionar estas valoraciones, destacaron que su mayor reto en esta legislatura es agilizar estas valoraciones con más recursos y personal porque, aunque se han resuelto más expedientes que en años anteriores, queda mucho trabajo por hacer para reducir las largas listas de espera de valoración y garantizar el acceso de estos ciudadanos a los beneficios y recursos públicos destinados a favorecer su inclusión.