Un juez de Ibiza ha decidido dar carpetazo provisional a la causa contra Vicent Marí por ‘La vida Islados’. El tema llevaba ya muchos meses agonizando en los juzgados y la decisión era esperada desde hace tiempo. Durante dos años Marí ha tenido que soportar una campaña de acoso y derribo por parte de la izquierda al estar como imputado en esta investigación, que comenzó desde la partidista y sectaria Oficina Anticorrupción y que continuó la Fiscalía hasta el archivo provisional. Después de leer el auto del juez hay que tener realmente mucha moral para presentar un recurso, como ha anunciado el agonizante PSOE ibicenco.
La imputación por este asunto ha complicado bastante la vida al presidente del Consell, que consiguió frenar la campaña en su contra precisamente cuando estalló la investigación posterior de Rafa Ruiz por el ‘caso Puertos’. Durante meses los socialistas pidieron la dimisión de Marí. El propio Iago Negueruela buscó reactivar este asunto (con llamadas a medios de Mallorca cuando era portavoz del Govern) para intentar conseguir que la debacle electoral en Ibiza de su partido no fuese tan escandalosa, pero su campaña no surgió efecto. De Marí, recuerden, se habló incluso en el Congreso de los Diputados en algún rifirrafe entre Gobierno y oposición.
Hasta un irrelevante militante socialista de Palma, juzgado y condenado recientemente por varios delitos, dimitió de su cargo y lo primero que hizo fue reclamar la renuncia a Vicent Marí. Dicho afiliado dijo que él daba un paso atrás, pero exigía al presidente del Consell d’Eivissa que hiciese lo mismo.
El archivo de la causa contra Vicent Marí tiene una mayor gravedad si cabe porque el Govern de Armengol utilizó la infame Oficina Anticorrupción para sus intereses políticos, aunque con escaso éxito. Este órgano, que se creó para perseguir los casos de corrupción de las instituciones de Balears, se dedicó desde el primer día a investigar a todos los rivales políticos del PSOE en lugar de las instituciones gobernadas por los socialistas. Recuerden la investigación contra Marta Díaz, a quien no dieron audiencia para poder dar su versión. El tema de Díaz también fue archivado por los juzgados. Es llamativo que dicha Oficina dedicase más tiempo y recursos a Díaz y Marí que a investigar la trama de las mascarillas defectuosas, por ejemplo. Su cierre fue un gran acierto, como ha quedado suficientemente demostrado.
Lo que interesaba era que Marí llegase como imputado a las elecciones de 2023. Recuerden también el lamentable desplante que le hizo Alberto Núñez Feijóo cuando visitó Ibiza antes de las elecciones, pero el presidente ibicenco sí tuvo el apoyo en ese momento de Marga Prohens y de la dirección regional del PP balear.
Realmente hay que tener la cara de cemento para dedicarse a financiar tramas corruptas como la de Aldama, Koldo y Ábalos, de decenas de millones de euros, y luego perseguir a un rival político por un contrato de apenas 250.000 euros y que, además, cumplía todos los requisitos jurídicos y técnicos. El Govern que pagó casi 4 millones de euros por unas mascarillas defectuosas a los amigos de Ábalos cuestionaba a través de su Oficina Anticorrupción un contrato de un cuarto de millón de euros. Hay que tener poca vergüenza o realmente creer que los ciudadanos son estúpidos.
La persecución contra Vicent Marí no fue casual. El PSOE balear sabía que su derrota en las urnas podría empezar por una debacle de los socialistas ibicencos. La desastrosa gestión de Josep Marí Ribas ‘Agustinet’, recientemente jubilado por fortuna para los militantes socialistas ibicencos, no era evidentemente un buen cartel electoral y atacar a Marí se convertía en la única alternativa posible para intentar no perder tantos votos. Los ciudadanos ibicencos dictaron su propia sentencia y enviaron a ‘Agustinet’ a la oposición, con unos resultados lamentables, y dieron a Marí la mayoría absoluta. El ‘caso La vida Islados’ no influyó lo más mínimo en las urnas. Nadie podrá olvidar aquel día en que ‘Agustinet’, en un mitin junto a Pedro Sánchez en Ibiza, decía que la única actividad del PP estaba en los juzgados, a propósito de la investigación contra Vicent Marí.
«Nosotros no encubrimos la corrupción», aseguraba Sánchez sobre Marí en una entrevista en Tele 5. La hoy desaparecida Armengol también acusaba sin piedad: «Lo que está en desmantelamiento en Ibiza es la credibilidad institucional porque siempre que gobiernan vuelve a ser conocida por la corrupción». Hoy todos ellos, al igual que Pilar Costa, Mercedes Garrido o Iago Negueruela o Rafa Ruiz, no han dicho nada. Ni un simple tuit de disculpas, aunque también es cierto que bastante tienen con defender la corrupción desatada en su propio partido.
Realmente este episodio es el mayor ejemplo negativo de lo que ha sido el PSOE ibicenco en los últimos años, que ha dedicado más tiempo y esfuerzos a perseguir a rivales políticos, y también a periodistas no afines, que a presentar un proyecto relevante y digno para los ciudadanos. Supongo que nadie del PSOE se disculpará ante Vicent Marí por esta persecución judicial pero, como suelen decir, el tiempo pone a cada uno en su sitio.
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