Este mes del año, a pocos días de que el presente 2024 acabe y dé comienzo el nuevo año, suele ser la época propicia para que nos planteemos todo aquello que pretendemos hacer a lo largo del año que está a punto de empezar. Ya estamos muy habituados a que en general se haga propósito de enmienda y se anuncien una serie de objetivos de cara a los meses venideros. En la mayoría de los casos el listado de buenos propósitos no va más allá de una mera declaración de intenciones, que volverá a repetirse a finales del próximo mes de diciembre.
A nadie se le escapa que hacer declaraciones enumerando todas aquellas cosas que nos fijamos como objetivos de cara al año nuevo, no servirán de nada si en realidad no estamos dispuestos a hacer los esfuerzos que sean precisos para alcanzarlos. En nuestras Pitiusas en concreto, son demasiados los graves problemas que nos acucian y que hasta la fecha no se han sabido afrontar y por tanto atacar con la debida efectividad.
Los típicos mensajes de Navidad de los responsables políticos, que son quienes tienen que trabajar para solventar todas las situaciones críticas a las que hay que hacer frente y, que además requieren de algún tipo de actuación decidida para poder superarlas, no pasan de ser meras cartas a los Reyes Magos con las que se pretende hacer creer que están dispuestos a trabajar realmente para solucionar esos problemas.
Cada año resulta más complicado creerse todo aquello que se anuncia de forma grandilocuente; todas las buenas palabras que de convertirse en realidad podrían aportarnos un hilo de esperanza, no pasan de ser meras declaraciones de cara a la galería que no pretenden otra cosa que apaciguar el hastío que la falta de soluciones reales provoca en la sociedad en general.
Los retos que desde el Consell Insular d’Eivissa se plantean de cara a 2025, en ningún caso son nuevos. Resulta muy fácil un año tras otro enumerar los graves problemas a los que debemos enfrentarnos en nuestro día a día. La gravedad de los mismos se hace especialmente visible en cuanto llega la temporada de verano, si bien ello no quiere decir que durante el invierno los problemas desaparezcan.
Sistemáticamente transcurren los meses de inactividad turística en la isla, sin que se puedan visualizar avances reales que nos permitan afrontar un nuevo verano sin los agobios del anterior. Las promesas, los anuncios y los buenos propósitos de cara al futuro inmediato, no sirven de nada a pesar de que sean una constante año tras año. Llega la temporada estival y no es que todo siga igual, es que ha empeorado.
Ya me contaran si para cualquier residente de la isla, que le hablen del problema de acceso a una vivienda, de la sobreexplotación de nuestros acuíferos o de la saturación en buena parte de la isla, les pueden parecer problemas nuevos hasta ahora desconocidos; en absoluto, ya los venimos arrastrando de años anteriores, pero las soluciones siguen sin llegar. Esta Navidad se anuncia desde el Consell la intención de impulsar un gran pacto por la sostenibilidad social, económica y ambiental de la isla.
Se suele decir que en política si quieres que algo no se solucione y se enturbie todavía más, no tienes más que aprobar una comisión que lo investigue. Pues bien, no creo equivocarme si digo que pasa lo mismo con la solución de los graves problemas en nuestra Comunidad Autónoma; no hay nada más efectivo para marear la perdiz y no solventar nada, que anunciar la convocatoria de un gran pacto para estudiar y afrontar cualquier problema. Baste ver qué está ocurriendo con el gran pacto por la sostenibilidad que se convoco desde el Govern Balear y que debía ser el maravilloso vehículo que debía servir para que por la vía del dialogo y el consenso se aportaran soluciones a los grandes problemas de nuestras islas.
Lo más llamativo que se conoce de dicho pacto, es que diversas organizaciones, entidades y asociaciones que se creyeron lo de la buena voluntad para luchar contra todo aquello que ya es un grave riesgo para todos, han acabado abandonando el citado pacto por la falta de sensibilidad a la hora de analizar posibles soluciones que se pudieran plantear. No parece que lo que pueda salir, no se sabe cuándo, de esas reuniones, vaya a ser lo práctico y eficaz que debería. No se puede esperar nada de un supuesto gran pacto social, si de entrada se margina y se excluye a quien no piensa como el que manda.
Me temo que el gran pacto anunciado por el Presidente del Consell para afrontar los grandes retos de 2025, siga el mismo camino que lleva el que se impulsó desde el Govern. Anunciar a final de año algo que según el Presidente Insular ha de permitir «con dialogo y voluntad de consenso» afrontar esos retos, está claro que llega más que tarde. Todo ello no hace más que incidir en lo de siempre, en realidad no hay voluntad real de trabajar para conseguir que las cosas cambien realmente. Parece claro que el próximo verano seguirán sin solución los graves problemas de la isla.