Hace ya mucho tiempo mis padres se construyeron una casa en El Boalo, un pueblo de Madrid, situado a los pies de la vertiente más meridional de la Sierra de Guadarrama. De hecho, tras fallecer mi padre, la casa aún sigue ahí a pesar de que prácticamente ya vayamos mucho menos por Madrid. Allí he pasado buena parte de mi infancia, toda mi adolescencia y mi juventud, incluyendo los tiempos en que estudiaba la carrera de Periodismo. De allí, son algunos de mis mejores amigos, con los que jugué al fútbol en tropecientos campeonatos y categorías, y con los que viví muchas cosas buenas y otras no tanto y aunque sea un pueblo que nunca me gustó demasiado, al verlo muy lejos de la capital donde estaba toda la vida, siempre lo guardo en mi corazoncito.
Por ello, cada vez que hay una noticia en la que se habla de El Boalo, en casa seguimos estando atentos y nos inunda cierta ilusión, ya que al ser un pueblo muy pequeño que apenas supera los 8.000 habitantes no es algo demasiado habitual. Y ahora, durante esta última semana, hemos estado en boca de todo el mundo por temas políticos. Nadie hablaba de la iglesia de San Sebastián Mártir, de la ermita, de las fiestas, de sus parajes o de su gastronomía, sino que los medios de comunicación se han hecho eco de que un exalcalde socialista de la localidad había roto su carnet socialista tras 17 años en las filas del PSOE.
Se trata de Javier de los Nietos, quien ocupó el cargo de primer edil desde 2011 a 2023. Nacido en Cerceda, el pueblo de tres que forman el municipio de El Boalo, tiene mi edad, le conozco personalmente y le considero una persona bastante cabal y coherente que hizo cosas interesantes durante sus años de legislatura. Alguien, en definitiva que, por su conocimiento de la zona, del pueblo, y de su gente trabajó intensamente convencido de que el puesto de alcalde es algo que te otorgan los vecinos para trabajar para mejorar el pueblo. No un contrato de cuatros años que luego emplear para seguir creciendo dentro del partido con el objetivo de llegar mucho más allá. Y precisamente por eso me duele que, después de tantos años de trabajo discreto, su nombre haya sonado en toda España por su rechazo claro ante lo que es ahora la Federación Socialista de Madrid,y por la carta que remitió a sus compañeros para expresar el "señalamiento y escarnio público" al que se ha sometido al que fuera su líder, Juan Lobato, por parte de la cúpula de su partido por "colaborar con la justicia y ofrecer todas las aclaraciones solicitadas en sede judicial como testigo en la investigación abierta de una causa".
Rápidamente se ha convertido en trendic topic como dicen los modernos. En tendencia. Pasó de ser casi un desconocido a ser uno de los grandes protagonistas de la semana con titulares como «Javier de los Nietos, exalcalde de El Boalo, Cerceda y Mataelpino, rompe con el PSOE tras la crisis de Juan Lobato»;«El histórico ex alcalde de El Boalo «rompe su carnet» del PSOE por el linchamiento a Lobato»; «El ex alcalde de El Boalo, Javier de los Nietos, renuncia a su militancia en el PSOE»; «El histórico alcalde de El Boalo renuncia a la militancia del PSOE por discrepancias con Ferraz»… y con una entrevista en directo el día en que se supo de su decisión por parte de Carlos Alsina para Más de Uno en Onda Cero.
Pero más allá de los titulares hay algo mucho más importante en la decisión de un exalcalde de un pequeño pueblo de apenas 8.000 habitantes. Javier de los Nietos, ha sido de los únicos que se ha atrevido a denunciar públicamente que en la sede del PSOE se tratan de imponer para Madrid «cuotas de poder con guerras intestinas que son ajenas" a la militancia y que terminan socavando la confianza de las filas socialistas». O, que los cambios en el proceso de primarias acordados por la gestora que preside Isaura Leal tras las presiones para que Juan Lobato dimita «por pura estrategia y tacticismo político», dificultan el diálogo y debate interno en el seno del partido, y que se ha establecido «una especie de ley marcial» para que la militancia no tenga tiempo suficiente para plantear una candidatura alternativa a la lanzada este jueves por el ministro Óscar López y que con ello «se restringen las capacidades y libertades de los afiliados y su derecho de reunión».
Algo que choca con lo que se nos ha vendido sistemáticamente desde todos los partidos políticos y en este caso desde el PSOE, cuando su nuevo portavoz en la Asamblea de Madrid, Jesús Celada, aseguró con cara de niño que nunca ha roto un plato, que "la Federación socialista madrileña está encantada de que haya muchos candidatos en sus primarias" para rápidamente cerrar filas confirmando «que no hay constancia de que vaya a presentarse otra candidatura además de la de Óscar López para liderar el partido en Madrid tras la salida de Juan Lobato a pesar de ser un partido plural y diverso».
Quiero creer que esto será así por más que me cueste escuchando que López ya habla públicamente de combatir contra Isabel Díaz Ayuso, como Sant Jordi contra el dragón en una labor de Estado casi mesiánica que nos liberará a los madrileños del demonio que hemos sufrido durante los últimos años mientras siento cierta lástima al comprobar que ya nadie en los partidos políticos tiene en cuenta a esas bases que están al pie del cañón sin viajar en coches oficiales ni estar en despachos oficiales. En fin, que aprovecho para recomendarles que si van por Madrid hagan una visita por El Boalo, un pueblo con muchas cosas que visitar y que ahora está de nuevo de moda por haber tenido un alcalde que, por fin, se atrevió a dar la cara y denunciar lo que sucede en las formaciones políticas.
PD: Seguro que dentro de unas semanas nadie se acordará de Javier de los Nietos y seguro que en la parte noble de Ferraz nadie se habrá preocupado demasiado más allá de preguntarse ¿y este quien dices que es? pero hay quien dice que de un granito de arena se hace un desierto y de una gota de mar un océano. Y yo viendo como están las cosas en la clase política, no estaría tan tranquilo.
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