El Senado ha rechazado una propuesta del senador ibiceno Juanjo Ferrer para que los residentes tengan prioridad a la hora de comprar una vivienda en España. El PP ha votado en contra y la izquierda pitiusa ha aprovechado para denunciar que los populares no quieren tomar medidas para que los residentes disfruten de un inmueble en lugar de seguir favoreciendo a los extranjeros y, por supuesto, a las inmobiliarias de los millonarios.
La medida es realmente inútil porque cada uno puede vender su casa al que quiera, al menos de momento. El término residente es también muy ambiguo porque un exrranjero puede alquilar una vivienda en Ibiza durante unos meses, convertirse técnicamente en residente, y podría tener acceso prioritario a un inmueble a pesar de ser extranjero. La propuesta de Ferrer, lamentablemente, puede que se haya presentado con buena voluntad pero es inútil y demagógica. No por darle prioridad a los residentes los precios bajarán. No por darle prioridad a los residentes habrá más vivienda en alquiler a precios más razonables. Con la propuesta de Ferrer posiblemente la situación no empeoraría pero tampoco habría grandes cambios.
Uno esperaba que con las casi 250.000 viviendas prometidas por Sánchez desde que es presidente y tan aplaudidas por la izquierda la situación podría haber mejorado algo, pero por desgracia no se ha entregado ni un sola llave a personas con necesidades. Ni siquiera hay viviendas ya para la clase media, que no tiene capacidad de ahorro ni para pagar una entrada de un piso.
Cuando alguien presenta iniciativas políticas tan pobres y el partido mayoritario las utiliza para atacar a la oposición se demuestra lamentablemente que no hay ni una sola idea útil de cara al futuro. Ya les aviso, sin ser un adivino, que los precios inmobiliarios no bajarán y que los propietarios venderán al mejor postor, como seguramente haría el propio Ferrer si tuviese la oportunidad.
En Mallorca se ha producido un debate muy interesante al respecto. Resulta que Jaume Alzamora, portavoz de Més per Mallorca en el Consell de Mallorca, ha vendido una propiedad a un extranjero por 650.000 euros. Si fuese un dirigente del PP la izquierda diría que ha vendido una mansión, pero al ser de Més per Mallorca diremos que es una vivienda. Curiosamente, Més per Mallorca ha liderado la campaña en la isla para que las propiedades no se vendan a extranjeros no residentes, aunque como ya he dicho para ser residente bastaría alquilar un inmueble durante unos meses antes de realizar la operación de compraventa. Al denunciar la incoherencia de Alzamora, Més per Mallorca ha respondido que se trata de un tema privado.
Es así. Vender una propiedad es un tema privado y debería ser suficiente convertirse en un buen ciudadano cuando el vendedor se ve obligado a pagar el 20 por ciento del beneficio obtenido en la declaración del IRPF, un detalle que, por cierto, se comenta bastante poco en este tipo de polémicas tan pobres intelectualmente. Si se rebajase el tipo de gravamen a la hora de decidir la nacionalidad del comprador, igual los propietarios se lo pensarían, pero con propuestas demagógicas e inútiles realmente se va a avanzar muy poco, igual que con el tema de los alquileres.
Por cierto, la izquierda ha gobernado ocho años en Balears y no ha habido ningún tipo de limitaciones en las ventas de propiedades. Igual porque hubiese sido ilegal, algo que Ferrer y sus palmeros saben perfectamente.