Imagen de una fiesta organizada por 'Garden of Lights'.

En Ibiza todo vale, o esto es lo que se piensan algunos. El amor y las buenas energías no salvarán a los promotores que organizaban fiestas ilegales en Sant Miquel con una exigua licencia de escuela de yoga que incluso podrían perder. Sant Joan prepara una sanción que podría alcanzar los 300.000€, la cual les podría devolver los pies a la tierra de un plumazo. Durante demasiado tiempo, las fiestas ilegales en villas han perturbado la paz y el respeto por las normas de convivencia. La isla está saturada de piratas que consideran que sus turbios negocios al margen de la Ley (y del fisco) son un bien que le hacen a Ibiza, incluso un favor. Estas fiestas se organizan sin medidas adecuadas de seguridad, lo que pone en riesgo tanto a los asistentes como a los residentes. En un lugar como Ibiza, conocido mundialmente por su belleza natural y su ambiente único, es crucial concienciar sobre la necesidad de ofrecer experiencias únicas a los visitantes y hacerlo dentro de los márgenes de la Ley. Tenemos el mejor ocio del planeta, no hace falta montar raves en el campo ni en los acantilados. La sanción económica es una herramienta efectiva para disuadir a los propietarios y organizadores, quienes frecuentemente priorizan los beneficios económicos sobre la legalidad y seguridad de sus eventos. En conclusión, la decisión de sancionar duramente a las villas que organicen fiestas ilegales en Sant Joan es un paso valiente y necesario para enfrentar un problema de larga duración. No será la última que se organice, pero con ello sí se pone precio a la ilegalidad y se manda un mensaje claro: no necesitamos más fantasmas en el campo que se creen que por fumar hasta perder el conocimiento ya conectan con la magia de la naturaleza que corrompen.