Nuestra isla avanza a velocidad de crucero hacia un pozo de superficialidad, postureo y estafas del que será difícil salir. Cada semana conocemos el lamentable cierre de un bar o restaurante emblemático, para convertirse en otro sitio snob en el sirven las mismas pijadas insulsas a precio de tonto. Mueren los chiringuitos de toda la vida que servían a la clase media y nacen como champiñones beach clubs excluyentes con mejor marketing que talento culinario en los que creen que por meterle un caviar marrullero a unos macarrones pasados son el no va más. Esas paellas tradicionales que degustaban los residentes los domingos se han convertido en un imposible y ya sólo hay espacio para los turistas de cartera llena y paladar exiguo. Esa esencia gastronómica mediterránea de la que se presume de puertas para fuera se ha convertido en una excepción. Con mero de Senegal a precio de langosta local, la mayoría de nuevos establecimientos se reivindican como un nuevo espacio de autenticidad y originalidad gastronómica, nada más lejos de la realidad. Nuestra promoción exterior del producto local contrasta con la creciente desaparición de establecimientos que los empleaban en sus menús. Ahora es más fácil desayunar un efímero ceviche trufado que una gloriosa frita de pulpo. Afortunadamente, todavía queda algún restaurante tradicional que no se ha pervertido y que continúa ofreciendo manjares, sin necesidad de adornarlos con parafernalia. Me van a permitir que, al igual que con las calas, no les diga ni el nombre ni la ubicación, no vaya a ser que lo saturen. Animo a esa resistencia a no sucumbir, dado que ellos son los guardianes de la esencia de la tierra y el mar de Ibiza, concentrada en caldos y guisos con los que ‘la nueva cocina’ sólo puede soñar.
Opinión
Ibiza: decadencia gastronómica
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3 comentarios
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Neus BucNo confondre alta cuina, terme que no es menciona a l'article, amb lo q la majoria del restaurants "luxury" i ex-xiringuitos ( ara beachclubs ) ofereixen a s'illa, cuina "creativa", q poc té a veure amb alta cuina.
Per cert, i sa música que es fa sonar a ses flamants i enormes discoteques que té una illa tan petita com Eivissa, sa pomposament denominada música electrònica, és realment res de s'altre món més enllà de matxacona? Hi ha algun músic eivissenc que ha afirmat que es tracta d'una música relativament fàcil de fer, és a dir, tal volta un paral·lelisme amb sa gastronomia
Confondre l’especulació descarada i el frau que practiquen alguns locals de restauració amb el que significa veritablement alta cuina és com barrejar el xampany amb la tònica i esperar que surti una obra mestra. Jo també sóc una gran defensora de la cuina tradicional, però reconec que de tant en tant m’encanta gaudir d’un veritable plat d’alta cuina. Hi ha moments per tot, i apreciar la creativitat i la tècnica d’un bon xef no està renyit amb estimar els plats de sempre.