Una imagen del Parlament Balear. | Europa Press

Este jueves se celebró un pleno en el Parlament para hablar sobre la masificación y las medidas que deben adoptarse para solventarlo. La presidenta del Govern, Marga Prohens, compareció a iniciativa propia y explicó la hoja de ruta para buscar una solución bajo la coordinación del economista Toni Riera.

El asunto es evidentemente importante para analizarlo en profundidad, que todos los partidos hagan aportaciones, que se busquen las mejores soluciones y que haya alguien, si es posible, que lance ideas novedosas para evitar la sensación de masificación que viven los ciudadanos desde hace varios años, especialmente tras la pandemia.

Pues bien, para empezar todos los diputados socialistas excepto su portavoz, Iago Negueruela, abandonaron la sala en señal de protesta por el incidente protagonizado por Le Senne en el pleno del martes. Todos los escaños del PSOE estaban repletos de personas asesinadas por el régimen franquista, mientras Negueruela exhibía una camiseta con Aurora Picornell y exigía a Prohens que obligase a dimitir como presidente del Parlament. En la segunda intervención de Prohens, Negueruela tampoco estaba presente. Tampoco Luis Apesteguía, portavoz de Més per Mallorca. En cambio, Josep Castells, portavoz de Més per Menorca, estuvo pendiente de la intervención de Prohens. Por supuesto, Pilar Costa, la diputada ibicenca y representante en la Mesa, optó por salir del salón de plenos y alimentar aún más su fama de ‘hooligan’ de la política balear.

El vergonzoso pleno del jueves, igual que el incidente del martes, merece un profundo análisis y un gran debate entre los partidos políticos. Están muy alejados de la realidad y los ciudadanos merecemos algo mejor, no ‘hooligans’ disfrazados de estadistas que les importa un pimiento la masificación mientras ellos se lleven 4.000 euros al mes por ocupar una silla una vez a la semana.

Ahora que disfrutarán de tres meses de vacaciones (pagadas) sería un buen momento para pensar si se quiere mantener este tipo de actuación lo que resta de legislatura o, por el contrario, se hará política de verdad, con mayúsculas, y no esta vergüenza semanal a la que lamentablemente nos hemos acostumbrados. También espero que todos aquellos diputados que se ausentaron del pleno del jueves devuelvan la dieta cobrada o bien la regalen a entidades sociales, algo que evidentemente nadie hará.
Quizás ha llegado el momento de dejar de hablar cada semana de fascistas, ultras, falangistas y otros calificativos que lo único que hacen es avivar el desencuentro, el rencor y las diferencias, que ya son insalvables. No seré yo el que defienda a Le Senne, que por otro lado se ha disculpado, pero no debe ser fácil soportar cada dos por tres que te llamen fascista a la cara. Tampoco hubiese sido soportable que durante la pasada legislatura los políticos de centro derecha hubieran tachado de bolcheviques o comunistas a los diputados de Podemos cada dos por tres. Sería oportuno hacer un debate histórico y que alguien les explique a algunos de estos indocumentados con escaño qué es el fascismo, la diferencia con el nazismo y las consecuencias del comunismo en la historia universal. Algunos se llevarán una gran sorpresa.

Eleven el nivel por el bien de los ciudadanos y si no conocen los problemas reales de la gente lo digan, dimitan de sus cargos, y se dediquen a otra profesión, al menos los que tienen un puesto de trabajo asegurado. Pero realmente lo que estamos viviendo desde hace tiempo ha superado unas líneas rojas insoportables.