Antonio Lorenzo.

El líder (es un decir) del PSOE de Sant Antoni, Antonio Lorenzo, es una bendición para el PP pero una maldición para su pueblo. A su total ausencia de currículo se le une una llamativa carencia de escrúpulos. Sea porque él es así, sea porque se limita a hacer lo que le mandan sus jefes, Lorenzo demuestra día a día que el simple cargo de concejal de la oposición portmanyina le viene enorme, imagínate tú la de alcalde. Al hecho de haber sido pillado por la Policía Local que aspira a mandar algún día, conduciendo borracho por las calles del pueblo, se une ahora una indignidad sin parangón. Tras la agresión sufrida por el empresario Wayne Lineker en plena calle, tras haber defendido a una mujer de un grupo de hombres que la molestaba, uno de ellos le propinó un puñetazo en la cara, dejándole tendido en el suelo e inconsciente. Ante esto, Antonio Lorenzo no resistió la tentación de culpar a la víctima de la agresión padecida. «Siento la agresión y cualquier otra, a Wayne Lineker en Sant Antoni. (…) Lineker ha sido víctima de su oferta de excesos y borrachera y que el PP permite». ¿Se puede ser más insensible y carroñero? Alguien que se expresa en semejantes términos no puede ser el representante de los ciudadanos ni un minuto más, pues viene a celebrar la agresión, como si dijera: «Si le han sacudido un mamporro, que se joda. Es por culpa suya, por tener una discoteca que se llena de gente bebiendo alcohol». Algo así como aquellos retrógrados que culpaban a la mujer víctima de una violación por llevar minifalda. ¿Se acuerdan? No se puede ser condescendiente con quien de forma tan irresponsable y con notoria maldad, responsabiliza a la víctima de la brutal agresión que acaba de sufrir cuando defendía a una mujer. Hace mal en alegrarse del mal ajeno, porque ya dice el refrán que «al que se alegra del mal del vecino, a él le viene de camino».