Como rezaba la revista musical Celeste no es un color, el rosa tampoco lo es y se ha convertido ya en un símbolo que nos recuerda la importancia de la investigación para ser capaces de mirar a los ojos a una enfermedad tan presente en nuestras vidas como es el cáncer de mama. Hoy esta obra de teatro protagonizada por Lina Morgan sería políticamente incorrecta, porque desde 1993 ha llovido mucho y lo que en aquella época nos parecía cómico ahora nos resulta casposo y bastante machista. Sin embargo, me ha venido a la mente esa mujer vestida de negro que aterrizó en la tierra para intentar mejorar la vida de quienes la rodeaban, para resaltar que el tono que viste este mes solo representa una cosa: la lucha contra la auténtica pandemia de nuestros días, una enfermedad que nos golpea a todos con saña y contra la que debemos desplegar todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance. La prevención, la investigación y la inversión en tratamientos para atajarla de manera precoz, eficiente y directa son esenciales porque, desde que aquella actriz española bailaba eso de «¡Dame coco, Darío!» hasta hoy, su incidencia se ha incrementado en un 70%, afectando cada vez a personas más jóvenes. El cáncer no es un juego, uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres lo padeceremos, en alguna de sus manifestaciones y estadios, a lo largo de nuestras vidas, lo que se traduce en que a todos nos tocará de cerca directa o indirectamente y debemos estar preparados y con los sentidos alerta.
Les digo que el rosa no es solo un color, porque lo que se conmemora este mes, y más específicamente el 19 de octubre, es el Día Internacional del Cáncer de Mama. Una enfermedad que este año se presentará en las vidas de 32.000 nuevas mujeres en nuestro país, según la SEOM, y desde ahí, desde nuestros pechos, se desarrollará el 30% de todos los cánceres femeninos.
Como ya les he contado en múltiples ocasiones, la lucha activa contra esta enfermedad viene por uno mismo: someterse a revisiones periódicas, analizar nuestro cuerpo y cualquier anomalía, hacer deporte, evitar los malos hábitos alimenticios, el tabaco y el alcohol, reducir la exposición al sol o a la contaminación y evitar el estrés, pero, si todo esto no funciona y aun así el puto cáncer nos toca los ‘cocos', nuestro sistema sanitario debe estar alerta, responder de forma ágil, atajarlo, arrancarlo de nuestro cuerpo y seguir cuidándonos mientras nos reponemos de esa bomba. Cada vez la tasa de supervivencia es mayor, pero es tan importante sobrevivirlo como sobrellevarlo y aquí les fallamos, porque las mujeres que lo superan, en muchos casos, lo hacen con graves secuelas que les provocan una infinidad de problemas para su reinserción laboral. Así que, desde esta atalaya, les ruego que contraten a personas que han superado un cáncer, porque es otra forma de combatir esta lacra.
Se me ocurren mil maneras de ponerle minas a este campo: colaborar de forma activa con las múltiples asociaciones que tenemos en nuestra isla, siendo voluntarios, apoyando los eventos benéficos que organizan o donando lo que cada uno pueda, porque el activismo social es preciso cuando los gobiernos no invierten lo suficiente en investigación o en atención sanitaria. Esa mujer que no puede comprarse un sostén adaptado tras su mastectomía puede pedir ayuda a IFCC, o ese paciente que necesita someterse a un tratamiento que solo aplica un hospital privado de otra comunidad autónoma, tiene también en esta Asociación la posibilidad de lograrlo.
Este mes súmense todos al PINKtober de Hard Rock Hotel Ibiza o al Pink October Elena Torres, porque en ambos casos con sus consumiciones o donaciones estarán contribuyendo a subirle dos tonos al rosa. Pido perdón de antemano a la RAE por el anglicismo en este artículo, pero seguro que me disculpa si le explico es que este movimiento es internacional y que nació en 1990 con la primera Race for the Cure en Nueva York. Desde entonces se celebra cada año el mes rosa, y en Ibiza tenemos dos claros ejemplos de que esta carrera queremos ganarla. Solo un apunte más: desde hoy, y durante todo el mes de octubre, si comen o cenan en restaurantes como Trattoria del Mar, Bistró del Mar, Corso, Hard Rock Cafe Ibiza o Maymanta estarán donando un euro al proyecto de investigación que financia la Asociación Elena Torres por la Investigación para la Detección Precoz del Cáncer, así que celebremos la vida y sigamos sumando con la gente que apuesta por un futuro en el que esta enfermedad nos dé menos miedo.
Termino este artículo como la célebre cómica, entonándoles su «agradecida y emocionada, solamente puedo decir: gracias por venir» (y por colaborar en esta lucha que es de todos).
El rosa no es color
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1 comentario
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... esta vez no voy a quejarme -como hago siempre- de todos los dineros que se tiran dándoselos al estado extranjero vaticano, en vez de aumentar las partidas de investigación contra el cáncer... esta vez sólo me asomo a decirte bravo por recordarlo... sin esta porquería de enfermedad, ella aún estaría aquí... una enfermedad inmisericorde que se ceba incluso con niños pequeños que no llegan a boquear la vida... una prueba más de que no existen dioses ni leches... investigación, investigación, investigación...