El miércoles vino a cenar a casa una amiga con su marido. Ella está en tratamiento de quimioterapia para tratar de reducir al máximo un tumor en una mama, antes de extirparlo quirúrgicamente. Pese a los efectos secundarios que provoca la quimio, Antonia, que así se llama mi amiga, se encuentra bien y animada. Lo que más valora es lo bien que la atienden los profesionales sanitarios que la tratan, ya sea su oncólogo, ya sea su enfermera de oncología, ya sean los sanitarios de su centro de salud. Todos ellos conocen las peculiaridades de su caso y a ella le reconforta mucho que así sea. Le da confianza y también seguridad. Imaginemos la situación contraria. ¿Cómo se sentiría Antonia si no la viese el mismo especialista cada vez que tiene consulta? Insegura, falta de confianza hacia el profesional al que le toque visitarla y, por tanto, desconfiando del sistema público de salud que se supone debe trabajar para que ella recobre la salud lo antes posible.
Opinión
Can Misses sin oncólogos
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1 comentario
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Es lo que se buscaba cuando empezaron con la privatización de la seguridad social, no?Ahora se pasan los pacientes a vilas y a forrarse con el dinero de todos