En plena recta final para las elecciones autonómicas, las encuestas llenan de colores diversos el abanico del Parlament. El azul del PP es el ganador en la mayoría, pero deberá sumar con el verde de Vox para poder gobernar. El morado de Podemos anda entre los 4 y los 5 diputados y el rojo del PSOE entre los 17 y 18. Los diferentes verdes de Més per Mallorca y Menorca suman unos 7.
La suma de los partidos de izquierda es muy justa para la mayoría absoluta de 30 diputados, lo que hace que el panorama sea realmente incierto.
Y en este abanico de colores, el clavillo puede ser una vez más el diputado de Formentera.
Las relaciones entre Gent per Formentera y los socialistas de Formentera están muy tensas después del desgaste que ha supuesto gobernar la institución de la isla conjuntamente durante cuatro años. Eso parece dificultar el tradicional acuerdo de coalición al Parlament entre las dos fuerzas, presuntamente de izquierdas. En caso de que las diferencias sean insalvables y los dos partidos concurran por separado, pescará en rio revuelto, Sa Unió (PP + Compromís), que con toda probabilidad se hará con el deseado escaño de Formentera.
El tiempo para llegar a un acuerdo acaba este miércoles, 12 de abril, el margen es mínimo. El diputado de Formentera echó de la silla de presidente a Matas primero y a Antich después y Armengol podría estar en la cuerda floja con un resultado que se presume tan ajustado. La actual presidenta podría ser la primera en sumar tres legislaturas consecutivas en el cargo y 12 años de gobierno progresista.
Pero sin clavillo no hay abanico y Armengol lo sabe y Gent per Formentera también, lo que hace intuir que finalmente habrá acuerdo aunque sea a cualquier precio. Lo dicho: sin clavillo no hay abanico.
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