Para tanto chorizo, decían los del 15-M cargados de razones para protestar y, sobre todo, soñar con que otra forma de gobernar era posible. Desgraciadamente, la izquierda española, con el PSOE a la cabeza, nos enseña una y otra vez que sí, que gobierna de otra manera, pero mucho peor para el ciudadano que la derecha. Y que, por desgracia para los cándidos, esa misma izquierda solo ha demostrado ser experta en propaganda. Ahí está el ejemplo de ses Feixes para demostrarlo.
Pilar Costa y Agustinet defendían a finales de los 90 (ha llovido desde entonces, ¿eh?) la protección integral de estos humedales, tanto del de es Pratet como del del Prat de ses Monges. Se llenaron la boca de bien de interés cultural, huertos urbanos, excursiones escolares y disfrute de todos los ibicencos. Cuando empezaron a gobernar, se preocuparon muy mucho de que la parte urbanizable del humedal de es Pratet quedara anulada. Y siguieron hablando de protección y de un futuro verde, con canales llenos de agua limpia y cristalina y todo tipo de fauna pululando por el lugar. Mientras tanto, dieron luz verde a un aparcamiento gigantesco y carísimo justo en el lugar donde, decían, si se vertía una gota de cemento, colapsaba la isla.
Estamos en 2023 y ses Feixes siguen siendo un vertedero. En el caso de las de Talamanca, las aguas fecales se han adueñado del lugar, nadie se atreve a cultivar una sandía y, si hay aves, es porque las ha habido siempre y deben estar más que inmunizadas.
Escuchar a Agustinet o a Pilar Costa hablar hoy de la amenaza de la ultraderecha es de traca. Personalmente, siento el mismo asco por un racista de derechas que por un supremacista que se cree mejor que el resto porque habla catalán. Pero también me repugnan personajes que llevan décadas viviendo de lo público, con una lista de logros escueta y otra de despropósitos inaceptable. ¡Pónganse a trabajar, jetas!
2 comentarios
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¿ Trabajar ? ja ja ja ja ja
No conec ningú amb mentalitat supremacista pes fet de parlar en català. En canvi, sí que hi ha supremacistes de sa llengua castellana i tots sofreixen sa mateixa malaltia: sa catalanofòbia.