Hace unos días recibí un correo electrónico de una madre que me pedía consejos para controlar el uso de pantallas de sus hijos, también me expresaba que ella misma no tenía una gestión adecuada del móvil, pensaba que lo utilizaba en exceso, dado que lo usaba para trabajar pero también para interactuar y «cotillear en redes sociales».
Es de sabiduría popular la frase «se educa con el ejemplo», utilizada para referirse a los padres, que con los hijos lo que se hace tiene más valor que lo que se dice. De esta manera, si el adulto no tiene una buena gestión tecnológica, será más complicado educar al menor en un uso moderado de las pantallas. Para 2023 propongo 10 propósitos para adultos sobre el uso del móvil de una manera saludable y que además también pueden ser un buen ejemplo para los menores:
1. La primera consulta del smartphone será después del desayuno o pasada 1 hora del despertar. De esta manera, nos conectamos en primer lugar con el entorno y las personas que nos rodean.
2. Eliminar todas las notificaciones de las aplicaciones relacionadas con redes sociales o entretenimiento, etc. De este modo, será la persona quien tiene el manejo de la tecnología y no las aplicaciones con sus reclamos.
3. Definir y establecer un límite y un horario de utilización para el uso del smartphone como instrumento laboral o profesional. Evitar estar disponible más horas de lo normal.
4. No utilizar el smartphone en situaciones donde su uso puede generar un riesgo alto para las personas. Por ejemplo durante la conducción. ¿Si mis padres lo pueden hacer porque no lo puedo hacer yo o un amigo?
5. Planificar durante el desarrollo del día actividades o espacios en los que el smartphone no esté presente. Como entrenar, caminar, cocinar, ver una película, etc. De esta forma, fortalecemos la conexión mental y los menores observan que también los adultos tienen espacios sin tecnología.
6. No Phubbing: no usar el smartphone durante las comidas, en conversaciones con otras personas, en actividades compartidas, etc.
7. Priorizar la comunicación analógica frente a la socialización 2.0. No abusar de la comunicación virtual. Mantener contacto presencial con las personas nos genera más beneficios personales que la relación virtual.
8. Reducir al máximo el uso del smartphone durante las estancias en el hogar. Priorizar la relación entre convivientes. Esto ayudará a mejorar las relaciones familiares dado que las tecnologías aíslan a la persona del entorno.
9. Apagar o desconectar el smartphone una hora antes de ir a descansar, dejarlo fuera de la habitación o zonas de descanso. Esta desconexión tecnológica nos ayudará a descansar de manera más plena.
10. Por último, si no consigo autorregular el uso del smartphone pedir ayuda profesional para que me orienten a lograrlo.
Cuando los adultos tengamos una gestión saludable de las pantallas estaremos más legitimados a educar, regular y modelar el uso tecnológico de los menores.
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