Sin los trabajadores de los servicios públicos, no es posible mantener la calidad que deberían de tener. | Javier Coll

Sin la infantería, llámese profesionales en los distintos ámbitos que conforman el llamado Estado de Bienestar, es decir, los que trabajamos en los servicios públicos, no es posible mantener la calidad que deberían de tener y que 1.200.000 ciudadanos de les Islas Baleares exigimos. Dado que, además, somos los contribuyentes los responsables con nuestros impuestos de su sustentabilidad. Profesores, médicos, enfermeros, TCAES, técnicos, celadores, administrativos, mujeres de la limpieza, guardias civiles, policías y funcionarios de la Administración General del Estado. Estamos orgullosos de prestar el mejor servicio posible a nuestros ciudadanos y a los que nos visitan y somos los que damos la cara delante de nuestros pacientes y alumnos. Somos los que damos seguridad patrullando las calles, aeropuertos, los barrios y las carreteras. Seguridad para ser libres y poder convivir democráticamente. Nos gusta ver a nuestros pacientes a tiempo y con tiempo. Pero nosotros no somos los responsables de la gestión. Eso está en manos de los políticos que mandan y gobiernan. Y ahí está el talón de Aquiles. La gestión que realizan es manifiestamente mejorable. Es una gestión con minúsculas, con muchas comas y puntos de parte. Su mundo no es éste . Viven apartados de la realidad y están instalados en la ficción, que es la antesala de la trola. Cuando toca inmersión y profundidad eligen el surf y el relato autocomplaciente. No consumen realidad. Lanzan soflamas y mantras anestesiantes porque ahora están en la bulimia-anorexia de votos. Todo es vanidad y propaganda y correr tras el viento. Ya lo decía el maestro Castilla del Pino: «Una vez descubierto lo falso se impone la impostura y la sobreactuación, tratando de proyectar la mejor imagen posible a la ciudadanía». Es desolador y decepcionante que en algún relato de los políticos en el Parlament planteen proyectos y estrategias y no digan ni ‘mu' de la infantería de los servicios públicos. No necesitamos que nos nombren, pero sí que exigimos que se nos reconozca y se nos retribuya como merecemos. Tenemos un gran déficit de profesionales públicos de los diferentes ámbitos. Sin embargo, el Govern sigue sin actualizar el complemento de indemnización de residencia bloqueado desde el 2007. Es decir, este instrumento, tal como sirve en Canarias y Ceuta y Melilla, que nos serviría para dar una buena calidad en los servicios públicos, ya que conseguiría captar y retener profesionales, es desechado, después de casi ocho años de legislatura por la presidenta Armengol y por los partidos políticos que gobiernan. Inadmisible, increíble e indignante. Muchas estrategias en atención primaria, salud mental y en el ámbito sociosanitario pero con ratios tercermundistas de psiquiatras, psicólogos, médicos, geriatras etc… El mundo al revés. Y esto se puede extrapolar al mundo de la docencia, de los cuerpos de seguridad del estado etc… Bien, ahí está UNISEP con la lucha sin cuartel por la igualdad y la calidad de los servicios públicos de más de 1.200.000 ciudadanos. El mensaje a la presidenta es claro: CUIDE LA INFANTERÍA. Ya saben, en derrota transitoria pero nunca en doma.