Vecinos abrazados el día que se realizó el desalojo de los Don Pepe. | Daniel Espinosa
Del mismo modo que el desalojo de los apartamentos Don Pepe constituía, y así lo dejé escrito en varias ocasiones, un fracaso colectivo de todas las administraciones implicadas, la firma del protocolo de actuación que tuvo lugar ayer con representantes del Govern balear (con la presidenta Francina Armengol al frente), el Consell d'Eivissa, el Ajuntament de Sant Josep y representantes de los vecinos afectados por el desalojo, constituye una prueba de que, si hay voluntad política y buena voluntad, los obstáculos se pueden salvar. Ha sido tarde, como de costumbre, porque las cosas de palacio van despacio, y hay que reconocer que el asunto no era fácil de resolver, pero finalmente ha sido posible que los políticos entendiesen que su misión fundamental es solucionar los problemas y no crearlos.
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