Hace unos días apareció la noticia sobre la decisión del gobierno chino de regular, para menores de 18 años, el uso de videojuegos online a 3 horas semanales, desde las 8 a las 9 de la tarde de los viernes, sábados y domingos. Medida justificada como necesaria para «proteger» la salud mental y física de sus adolescentes. Aún siendo una decisión extrema, que solo podría aplicar un país con régimen autoritario, se abre un debate sobre la «obesidad» digital de los menores y sus consecuencias.
Es de evidencia científica que las pantallas generan dependencia, ya que producen una cantidad importante de dopamina en el cerebro y por consiguiente activan el circuito de recompensa y placer, que es la base neuronal de las adicciones. Considerando que por un lado, existen normativas proteccionistas explicitas sobre el tabaco y el alcohol en menores, dado que son sustancias potencialmente adictivas y perjudiciales para su desarrollo evolutivo, Y por otro lado, está demostrado que las pantallas también lo son, quizás la pregunta versaría sobre si ha llegado el momento de empezar a regular.
No cabe duda que la gestión del uso de pantallas es responsabilidad de la familia y que a través de su función educativa deben controlar los tiempos y los contenidos a los cuales acceden los menores. Pero ¿estamos capacitados para hacerlo? o ¿hacemos nosotros mismos usos adecuados de las tecnologías?
Un factor clave e inicial sería reflexionar y reconocer que cuando dejamos que nuestro hijo acceda a nuestro móvil, que cuando le regalamos una tablet, una consola, etc. le estamos facilitando un instrumento adictivo y desde el primer día de uso querrá utilizarlo de manera impulsiva. No tener un control parental sobre las pantallas, utilizar la tecnología como «sedante digital» para que no molesten, no tener definidas las normas y los tiempos de utilización, etc. aumentara los factores de riesgo de una posible adicción.
Para contextualizar el consumo adecuado de tecnología se utiliza el concepto «dieta digital». Es un término que hace referencia a la regulación de usos de pantallas, es decir el tiempo de consumo de video juegos, redes sociales, apps, tv, internet, etc. Se ha creado una analogía entre calorías y tecnología. De la misma manera que se clasifican los alimentos, se analizan sus efectos en el organismo y se regula su ingesta para establecer un equilibrio adecuado a la persona. Algunos especialistas en adicciones utilizamos las dietas digitales para hacer un diagnostico de los diferentes tipos de consumos y contenidos tecnológicos, de los efectos neuronales, de los hábitos virtuales, del tiempo de consumo, etc. adecuado a las características de la persona para establecer una regulación que evite o solucione problemas.
Las dietas digitales individualizadas son un factor de protección muy válido frente a los riesgos de las tecnologías.
ivancastroconsulta@gmail.com
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.