Opinión
Una vida de contrastes
Hace unos días acompañé a mi madre a que le arreglaran una muela que se le había roto. Eran las 13.30 horas más o menos cuando la recogí y el calor arreciaba. Entonces, en un semáforo en rojo y entre coches de alta gama y furgonetas con cristales oscuros apareció discreta, como una sombra, la presencia pequeña y sigilosa de un hombre vestido apenas con una camiseta de tirantes verdes y un bermudas azul marino. Delgado, enjuto, de piel morena y con el pelo enmarañado apenas pedía unos céntimos para poder comer ese día.
También en Opinión
- Okupación en Ibiza: el dueño del piso okupado por unos magrebíes en Sant Antoni sigue esperando respuesta judicial
- Rebelión vecinal por el cambio a sentido único de un transitado camino en Ibiza
- Maltrato animal en Ibiza: multa de 10.000 euros al dueño de un perro por abandonarlo
- Una niñera mira debajo de la cama del niño que cuida y se encuentra a un hombre al acecho
- Manuel Viso, médico, advierte sobre lo que no debes hacer cuando comes un plátano
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.