Me levanto cada mañana y soy consciente de que soy un privilegiado. Arrastro algún achaque y alguna que otra picadura de mosquito, el ácido úrico que de vez en cuando se me rebela y tengo algo más de tripa que la que debería, pero estoy bien de salud y di negativo en la prueba del coronavirus. Tengo una pequeña casa, acogedora, con un pequeño jardín y decorada a mi gusto. Una madre a la que adoro porque más que madre es amiga y confidente, un terremoto por hijo de casi cuatro años que, de momento sólo me da alegrías, y trabajo de periodista, la profesión que más me gusta y me gustará siempre. Mi cuenta corriente, aunque no boyante, me da para comprar comida, llegar más o menos a fin de mes y si me apuras tener algún capricho. Y, además, vivo en Ibiza, un paraíso natural increíble ahora que no hay demasiado turismo, voy en bici a trabajar y tengo coche con seguro.
No podemos dejarles solos
08/05/20 4:01
También en Opinión
- Un mallorquín estalla por una multa tras aparcar su moto en la zona azul de Ibiza: «Es una atrocidad»
- Los médicos apoyan el ‘multazo’ de 300.000 euros por el acto negacionista de Miguel Bosé y Josep Pàmies
- Un ibicenco encuentra el amor en First Dates
- «Ibiza se nos ha ido de las manos»
- Siete de cada diez urgencias atendidas en Can Misses podrían haber sido atendidas en Atención Primaria
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
... rezando a diestro y siniestro es una soberana memez, no sirve ni para frase hecha...