Hoy en día, son muchas las personas que siguen sufriendo discriminación por alguna condición. Para hacer hincapié en las desigualdades que sufren estos colectivos o para concienciar sobre terribles hechos, como la violencia machista, se celebra anualmente el Día Internacional del Trabajo, el Día de la Mujer, el Día del Orgullo LGTBI, el Día Contra la Violencia Machista y un largo etcétera.
En estos días señalados, colectivos e instituciones, analizan y dan visibilidad a las distintas problemáticas a través de conferencias, coloquios, debates, manifestaciones o conciertos. Con ello se pretende conseguir un espacio de reflexión en el que seamos capaces de analizar cuáles son nuestros comportamientos para con determinados colectivos o con respecto a situaciones en las que nos vemos inmersos, muchas veces, sin darnos cuenta. Sin lugar a duda, éste es uno de los aspectos donde más claramente se ve la diferencia entre las instituciones progresistas y las conservadoras.
En Eivissa, tanto en los ayuntamientos gobernados por el PSOE, como en el Consell de Eivissa, la lista de actividades relacionadas con el Día de la Mujer ha sido completa y variada durante toda la legislatura, con amplios programas que han contado con asistencia de mucho público. Actos y actividades cuyo objetivo no es otro que poner la lupa en los distintos aspectos que afectan a las mujeres en su día a día: brecha salarial, violencias y justicia patriarcal, feminización de la pobreza, discriminación laboral, derechos sexuales y reproductivos, dependencia…
En cambio, en los ayuntamientos conservadores, lejos de favorecer el empoderamiento de la mujer, se organizan actividades que a menudo tienen el sabor amargo de una broma de mal gusto. En Santa Eulària se han organizado actos que han pasado sin pena ni gloria, como jornadas de cortos que nada tenían que ver con la igualdad y exposiciones de cuadros que reflejan mujeres, ¡pero pintados por hombres! ¡Como si no existiesen mujeres pintoras! En Sant Joan, cualquier actividad destinada a consolidar y ampliar los derechos de las mujeres, simplemente brilla por su ausencia.
Las políticas feministas, consideradas una bagatela mental de la izquierda, han brillado tradicionalmente por su ausencia en los gobiernos populares de la isla. El probable escenario de pactos con la ultraderecha, si no lo evitamos, está radicalizando el ideario del PP y provocando situaciones tan esperpénticas como que la candidata a la alcaldía de Santa Eulària se niegue a condenar la frase dicha por Pablo Casado, en la que minimizaba a los maltratadores calificándolos de ‘personas malas'. Y hay muchos más ejemplos.
Las administraciones progresistas participan en la celebración del Orgullo LGTBI en la isla de Eivissa organizando actividades y haciendo algo tan simple y económico como poner una bandera en las fachadas de las corporaciones municipales y el Consell. Colaborando en dar visibilidad a un día en el que se pone el foco en todo lo que le hace falta al colectivo para una igualdad real.
Y, de nuevo, los ayuntamientos de derecha de Santa Eulària y Sant Joan se abstienen de involucrarse en esta señalada fecha por los derechos civiles de los colectivos LGTBI. Otra chiquillada de la izquierda de apoyo a un colectivo que mejor estaría bien metido en un armario con llave.
Ningunear a las mujeres, al colectivo LGTBI o negar la violencia machista nada tiene que ver con una política más o menos conservadora. Son, Sres. del PP, comportamientos criminales que exigen responsabilidad y realismo.
Los datos de muertes por violencia machista son escalofriantes. Está pasando.
Reflexionen sobre las consecuencias de convertirse en reos de la ultraderecha.
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