Lo de las obras de la escuela de Sant Ferran (Formentera), me ha recordado a la genial escena de ‘Una Noche en la ópera' de los hermanos Marx. El surrealismo delirante de Groucho pidiendo una larga lista de platos y, a cada uno, le contesta Chico: «¡Y también dos huevos duros!», además Harpo hace sonar su bocina a lo que Groucho añade en su solicitud al camarero: «en lugar de dos, pon tres».

Ahora la licitación de las obras de la esperada escuela está pendiente de la intervención arqueológica de los terrenos que debe contratar a toda prisa el Consell de Formentera. La verdad es que la licencia de obras concedida en el año 2017 a la Conselleria Balear de Educación recogía esta prescripción y por tanto era competencia de Educación.

Pero el govern balear tiene problemas con el procedimiento de contratación por lo que será la institución insular la que contratará a la empresa de las catas para no alargar todavía más el inicio de las obras.

El mosqueo con el tema de la escuela es monumental. Recientemente la APIMA de Sant Ferran organizó una manifestación bajo el lema: «La idea hace años que la tenemos clara. Nos falta la escuela». La falta de espacio se repite curso tras curso, actualmente tienen 338 alumnos y 7 barracones. Y Formentera sigue creciendo.

La construcción del equipamiento lleva diez años de retraso. La lenta redacción del proyecto y la afectación urbanística del solar por la protección de los cascos históricos que tuvo que resolver el Consell han acabado con la paciencia de los padres y profesores que ven cómo un centro «prioritario» parece el cuento de nunca acabar.

Lo peor que podría pasar ahora es que en los trabajos arqueológicos de los terrenos, encuentren restos de valor. ¡Y también dos huevos duros!.