Durante la Transición se decidió cargar de votos, ventajas y razones a los nacionalistas vascos y catalanes porque España entera quería ser generosa y cerrar de una vez con siete llaves los tiempos oscuros y ultramontanos. Pero hete aquí que aquello fue un craso error y ahora estamos viendo en la palestra a una infinidad de mareas y tribus, que representan un porcentaje pequeño de la población española, dirigiendo con luz y taquígrafos un país tan importante y milenario como el nuestro y obligando a gran parte de los españoles a amoldarse a sus dictados, a su forma de vida, a su cosmovisión y a veces a un primitivismo mental que a diario nos deja anonadados (o «acojonados» que diría Rufián), pero eso hay que agradecerlo, a mí me da materia para infinidad de artículos porque cada día se supera una barrera y la estulticia campa a sus anchas. Políticos como los de aquí no hay en ninguna parte del mundo civilizado (sí en Venezuela), ni en Grecia donde no sólo guardan las formas sino hasta los políticos radicales tienen una oratoria excelsa y no un pensamiento soez que consiste en enfrentar a los griegos.
Una minoría nos está obligando a pasar por su particular tubo, por el túrmix de su moralina. Una minoría que es una apisonadora en marcha conducida por Tesinando Sánchez-Castejón y por Coleta de Galapagar.
2 comentarios
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Sr. Javito, se evoluciona a mejor no a peor. Vea en El País la conversacion entre González y Aznar y compare la categoría y conocimientos de aquellos con las sandeces de Rufián, Iglesias y Echenique. Vamos a peor cada día.
Esa transición que sirvió entonces pero que se ha descubierto con los años que se deben cambiar ciertas cosas, lo llamamos evolución de las sociedades...y qué me dice de su final en su artículo...muy,muy,muy gracioso...