O después debiéramos decir el negocio por las nubes, la isla por las suelos. Ibiza y Formentera, pues vamos juntos y somos los mismos. Pero es lo que hay si creemos en la libertad de empresa y en la iniciativa privada, por mucho que se eche en falta la intervención del Govern socialista en temas de interés público como es el islote de S' Espalmador.

Las Pitiusas las hemos ido vendiendo los pitiusos. Hasta ahora lo asumíamos como una servidumbre para conseguir liquidez, a riesgo de descapitalizarnos. Poco a poco, durante los últimos sesenta años, hemos entregado nuestras tierras para poder comprarnos un Seat Ibiza y una televisión.

Pero últimamente, Ibiza ha consolidado su valor de uso y de cambio en los foros internacionales. Ya no se trata de una casita para cada hijo, aquí ya estamos jugando con artillería pesada, mediante fondos de inversión y valores en Bolsa. Ya no hay nada que hacer ante hechos como la venta del islote formenterés. O ante esta compra extraña y brutal del 4% de la costa de toda Ibiza, por parte de los hermanos multimillonarios David y Simon Reuben. O la venta de la discoteca Pachá a un fondo de inversión, uno de los negocios más boyantes de las islas con franquicias cedidas en todo el planeta.

Estas acciones de las finanzas internacionales no vienen a salvar Ibiza. Vienen a forrarse. Los ibicencos tendrán que arremangarse si quieren mantener su vida en las islas.
@MarianoPlanells