El desfile de empresas emblemáticas ya empieza a ser devastador: Cataluña tiembla, pues depende mayoritariamente del mercado del resto de España. Esto solo está empezando.
Habrá oído lo del seny catalán. Sensatez. Pues no existe, no ha existido nunca, es un delirante mito doméstico con el que consolidar su inexistente supremacía, provinente del área del pequeño comercio, de la mentalidad del botiguer, tantas veces expresada en comedias y novelitas de consumo local, como ‘L´auca del senyor Esteve' de Santiago Rusiñol. O como la palabra ‘plegar' con el significado de cerrar. Plegar, se entiende, las piezas de telas desplegadas para mostrarlas a la clientela.
Quienes hemos leído y convivido con catalanes sabemos todas estas claves. Quien no las sabe es el PP, y menos el de Ibiza, que ha aceptado con resignación bovina que se siga manipulando a nuestros niños en el 98% de los centros educativos de Baleares. Nuestros niños, encajonados como piezas del rompecabezas catalanista, para ser adoctrinados y quizá servir en el futuro de carne de cañón de los insensatos independendistas.
Valencia y Baleares son una pieza fundamental para edificar estos inexistentes Países Catalanes y el infame ‘Programa 2000' de Pujol es el catecismo adoctrinador para programar el cerebro de los hijos ajenos, mientras los suyos propios andan trajinando maletines en coches de alta gama.
No soy del PP, pero reconozco que el partido de José Ramón Bauzá dio una buena salida a esta situación podrida y contaminada por el virus catalanista, con ridículas aspiraciones de imperio: desde Barcelona usarían las colonias por su eficiente economía para nutrir las arcas insaciables de la alta burguesía dirigente.
Y si no lo consiguen será porque sus propias empresas, conocedoras de los mecanismos de una economía muy globalizada en una Europa común, han tomado una opción radical: salir pitando, o sea, votando con los pies, de una Cataluña que quedaría como Corea del Norte, fuera de Europa, sin el paraguas del Banco Central Europeo y sin tratados internacionales.
Oído PP: Español, inglés y balear en las aulas. Pero ya.
@MarianoPlanells
7 comentarios
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Toda la razón. Dejad a los niños en paz, maestros y aplicaros en enseñar las asignaturas.
No hay datos falsos. Señor Mauricio, la realidad es mucho peor de lo que cuenta el articulista. Y que manía tenéis todos en silenciarle Es sencillo: basta con no leerle. Ya lo dice alguien: os creéis a salvo de cualquier crítica, pero espero que los padres despierten, os pierdan el miedo y recuperemos la normalidad en las aulas.
Sr Mariano. Queda muy elocuente y culto dar una opinión con esa dialéctica, pero cuando es una opinion infundada y falsa y con datos ambiguamente porcentuales queda de lo más "garrulo". No se merece ser columnista de un medio como este. Opinión si, pero no acusación. No use a los niños como herramienta de discordancia politica. Lo digo sin ser independentista ni nada parecido pero si con niñas en edad escolar y miembro de Amipa y consejo escolar.
Toda la razón del mundo y encima se queda corto. Pero los catalanistas se creen nacidos en cuna de oro y son intocables. Pues no. Ya basta.
FAS VERGONYA
y no solo nuestros niños..... también la sanidad y por tanto nuestra salud, amén de estos politicuchos pseudo catalanistas, que si se fueran a Catalunya nos harían un gran favor...!!!. y si se fueran más lejos, aún mejor.
Pero este señor qué fuma?