Están muy centrados algunos políticos municipales de la capital insular en poner en marcha aparcamientos disuasorios en es Gorg y Casa Dominguets, que estarían conectados con Vila mediante buses gratuitos y con frecuencias de quince minutos. La idea es tratar de reducir el tráfico en el centro de la ciudad, un tema que también se ha implantado en Toledo, Cáceres y Ávila que son como aquí Patrimonio de la Humanidad. Cierto es que hay muchos vehículos y muy pocos aparcamientos debido a la falta de previsión de todos los grupos políticos que han gobernado en el Ayuntamiento de Eivissa. Me refiero a que cuando podían no adquirieron terrenos para construir edificios de aparcamientos, como se ha hecho en la mayoría de núcleos urbanos de los Estados Unidos, por ejemplo, y soy testigo de lo que digo.
Puede ser que los aparcamientos disuasorios ayuden a disminuir el tráfico rodado, pero también sería muy importante instalar modernas paradas en Ignacio Wallis, Avda. Bartolomé Roselló, Isidor Macabich y Avda. de España. Buenas marquesinas, mejor información y más frecuencias de autobuses para que los propietarios de vehículos tengan facilidades para montar a un bus y dejar el coche en su pueblo.
En Barcelona, ciudad que admiro y que conozco muy bien, están trabajando en un nuevo mapa de la red de buses que tendrá 97 líneas con ajuste de paradas y de recorridos y sincronización de aforos para mejorar la comunicación con todos los barrios. En suma, noto que aquí el volante le va muy bien a la mayoría de la gente y si pueden dejar el vehículo muy cerca de su destino mejor que mejor. En fin, creo que aquí y ahora un gran problema que tiene la isla es que hay demasiados coches circulando por la carreteras y así se producen atascos, colapsos y pérdidas de tiempo.
Ruido humano
Aprovechando que está a punto de iniciarse la temporada turística conviene recordar y poner en conocimiento de muchos que el ruido humano perturba la naturaleza, que la contaminación acústica perjudica a las personas, a numerosas especies y perturba los ecosistemas según un estudio de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, que han analizado los niveles de ruido en espacios naturales. Y como aquí los que mandan mucho son los altos volúmenes musicales, pienso que es muy necesario que los ayuntamientos hagan cumplir las ordenanzas y pongan orden en el caos musical. Y mientras no se obligue a instalar limitadores de volúmenes y a insonorizar todos los establecimientos de ocio (diurnos y nocturnos) la contaminación acústica tiene ganada la batalla.
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