La tasa de paro en el Reino Unido no llega al cinco por ciento, mientras en España anda por el 20% y en Balears, donde tocamos las castañuelas todos los días por nuestra espléndida posición, vamos por el 13 % en plena temporada turística alta. Conociendo estos datos uno se pregunta por qué le preocupa tanto a la nueva primera ministra británica que haya extranjeros –muchos– trabajando en su país. Parece que el triunfo del ‘Brexit' también tiene relación con esto, porque los británicos creen que seguir en la Unión Europea significa abrir las fronteras a millones de nuevos inmigrantes atraídos por su bajísimo nivel de desempleo, sí, pero sobre todo por sus generosísimas políticas de bienestar social. Ante esta situación, el Partido Conservador se plantea poner límites a la contratación de extranjeros e incluso penalizar a quien lo haga, especialmente si son puestos de trabajo ‘adecuados' para los nacionales. ¿Eh? Lo de siempre. Recuerdo cuando aquel loco noruego disparó a mansalva contra jóvenes inmigrantes que disfrutaban de un campamento de verano. Sus motivaciones eran exclusivamente racistas. Y en aquel entonces escuché argumentos como éste: «No es raro que a los nórdicos, tan rubios, tan altos, tan guapos, les moleste la invasión de toda esta gente de otras razas». ¡Vaya! En pleno siglo XXI. La pega a este argumento es que las noruegas, tan altas, tan rubias y tan guapas, no quieren limpiar váteres ni cambiar los pañales de los ancianos ingresados en sus residencias, ni los noruegos quieren recoger basura y limpiar alcantarillas. Los ingleses, tampoco. Ni nosotros, que ya nos hemos subido al carro del primer mundo. Por eso abrimos las puertas a la inmigración, porque la necesitamos egoístamente. Si el contribuyente británico cree que se riega con demasiado dinero público a los extranjeros, eso ya es otra historia. Y cambiarla está en manos del gobierno de Theresa May.
OPINIÓN | Amaya Michelena
Main contra la inmigración
Eivissa08/10/16 0:00
También en Opinión
- Un mallorquín estalla por una multa tras aparcar su moto en la zona azul de Ibiza: «Es una atrocidad»
- Los médicos apoyan el ‘multazo’ de 300.000 euros por el acto negacionista de Miguel Bosé y Josep Pàmies
- Un ibicenco encuentra el amor en First Dates
- «Ibiza se nos ha ido de las manos»
- Siete de cada diez urgencias atendidas en Can Misses podrían haber sido atendidas en Atención Primaria
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Jajaja, qué mentirosa! De los 76 muertos por el psicópata de Breivik, sólo unos 7 eran de orígenes árabes. Y eso de que necesitamos a la inmigración, ¿se puede saber para qué? Para las pensiones? JA! pocos arabes veo yo trabajando y cotizando, si no llamanos trabajar a vender chocolate claro. Pero de alguna forma estoy contento de que esten viniendo, va a ser toooodo un espectáculo ver cuando tengan fuerza política cómo empiezan a exigir medidas contra la libertad de las mujeres, y ver cómo las feministas empiezan a darse cuenta de que han dejado entrar al zorro en el corral. Va a ser un descojone! Ah, claro, y no olvidemos lo bien que le va a Suecia, que tiene una proporción de violaciones más alta que Haití. Llamadme racista si quereis, que me va a dar igual, a mi no me van a obligar a llevar pañuelo, jajaja! Welcome refugees!