inesperado pacto entre los dos candidatos a la presidencia de Unió Mallorquina en el congreso extraordinario que debía celebrarse el 11 de julio, Miquel Nadal y Miquel Àngel Grimalt, podría haber cerrado, de golpe, la crisis en la formación nacionalista al consensuar el nombre del futuro presidente: Miquel Àngel Flaquer. El acuerdo, que supondrá la renovación de la práctica totalidad de la actual directiva, lleva implícito la anulación de la convención.

Las razones que avalan la decisión de Nadal y Grimalt se basan en la constatación de que la actual dinámica interna, generada por el enfrentamiento de ambos de cara al congreso, estaba socavando la cohesión de la militancia de Unió Mallorquina, la cual se veía abocada a tener que pronunciarse "apenas un año después" entre dos candidatos, ambos con un importante peso político, y en un proceso precedido por un período convulso en el seno de la propia UM iniciado con la suscesión de Munar por Nadal, la sustitución de Buils y la polémica del golf de Son Baco, entre otros. Todo ello ha generado tensiones derivadas en las instituciones en las que UM tiene un papel decisivo.

Nadal y Grimalt han dado una prueba de generosidad y altura de miras con su acuerdo que deja en manos de Miquel Àngel Flaquer la dirección del partido, el cual ya ha manifestado su voluntad de estabilizar la vida interna y proyectarla hacia el exterior, acabar, en definitiva, con la dinámica actual de tensión constante. Se abre, por tanto, un nuevo período en el que Unió Mallorquina podría estar en condiciones de encarar su futuro político en un clima de más sosiego y reflexión, una actitud positiva de la que cabe esperar que se acabe beneficiando el conjunto de la sociedad.