La Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS) ha hecho público su informe de la evolución económica y social de las diferentes regiones españolas en el período comprendido entre los años 2000 y 2006, un sexenio brillante para la economía del conjunto del Estado pero que, en lo que se refiere al caso concreto de Balears, también tiene sus zonas de sombra.

Los datos de FUNCAS evidencian los notables cambios que ha sufrido España en un espacio tan corto de tiempo, en estos seis años la población balear creció un 19'26 por ciento. Este fuerte impacto demográfico -Balears es la octava provincia con mayor aumento porcentual de todo el país- también ha tenido sus consecuencias económicas, las cuales no ha sido más graves gracias a una elevada tasa de actividad.

Durante el sexenio objeto de estudio por parte de FUNCAS, Balears ha perdido posiciones en los índices más importantes respecto a la evolución económica. Así, las Islas han dejado de estar a la cabeza en las provincias con mayor tasa de crecimiento de empleo y del producto interior bruto (PIB), cayendo por debajo del 3 por ciento (el 2'81 por ciento) y situarse a la cola del Estado. De hecho, en estos seis años el crecimiento de la productividad ha sido negativo (-2'67). FUNCAS atribuye este fenómeno a la crisis turística de algunos años y los efectos migratorios externos.

Las conclusiones a las que lleva el estudio de FUNCAS no pueden dsembocar en el alarmismo. En todo caso revelan una situación de evolución económica de Balears muy madura y al límite de su crecimiento, un diagnóstico en el que amplios sectores de la sociedad hace años que coinciden. Cuestión distinta es el enfrentamiento sobre el coste social y medioambiental que puede significar recuperar las posiciones perdidas.