Tras una primera intención de derogar la fórmula de la Hipoteca Jove en favor de propiciar fórmulas de apoyo al alquiler de viviendas, el Govern ha decidido introducir algunas modificaciones para ofrecer lo que ahora se denomina Primera Hipoteca; un producto que, en definitiva, pretende facilitar el acceso a los jóvenes a una vivienda.

El cambio de actitud del Govern, admitiendo la posibilidad de ofrecer ayudas a la compra frente a la opción del alquiler, refleja el deseo de atemperar las posturas maximalistas iniciales. La cultura en favor de la posesión en propiedad de la vivienda está muy arraigada en la sociedad española, al contrario de otros países europeos que se decantan por el inquilinato de un modo mayoritario. No cabe duda que los recientes incrementos de los tipos de interés, aunque se vaticina una bajada en el transcurso del próximo ejercicio de 2008, suponen un incentivo a estudiar por los jóvenes que quieren emanciparse.

En este sentido resulta interesante el compromiso de establecer líneas de ayuda del Govern que serán compatibles con las que concede la Administración central, un principio en el que se vuelve a poner en evidencia el interés del Ejecutivo de centroizquierda por tratar de ofrecer un abanico de alternativas útil a los jóvenes de Balears.

Un aspecto importante de la Primera Hipoteca es el apoyo obtenido de las entidades financieras, circunstancia que cabe considerar como una muestra de confianza respecto a la evolución de la economía balear. Del mismo modo, el sector inmobiliario recibe un balón de oxígeno en unos momentos que, en el mejor de los casos, cabe calificarlos como de incertidumbre y en los que algunas empresas constructoras ya están dando muestras de ahogo financiero.