Una vez superada la sorpresa que supuso el anuncio inesperado de abandono de la política por parte del president en funciones de la Comunitat Autònoma y presidente del Partido Popular balear (PP), Jaume Matas, siguen los contactos que han de abocar a la investidura del nuevo president y a la confección del nuevo Govern.
Francesc Antich, como responsable de la fuerza más votada de las que integrarán el nuevo Pacte, el PSIB-PSOE, dio prioridad a las conversaciones con Unió Mallorquina (UM), partido que en las últimas legislaturas siempre ha tenido la llave de la gobernabilidad, cuando menos del Consell de Mallorca, y ahora, como en 1999, del Ejecutivo autonómico.
Cierto es que deben acordarse con el Bloc algunos aspectos del ejercicio político que se iniciará con la constitución del Parlament y la elección de su presidenta, que, con toda probabilidad, será Maria Antònia Munar.
Y uno de los escollos de las negociaciones es el asunto de qué formación asumirá la responsabilidad de gestionar el área de Educació. Aunque Francesc Antich cree posible alcanzar un acuerdo a lo largo del fin de semana, lo que conduciría a la presentación el próximo lunes de las conclusiones alcanzadas por las formaciones que integrarán el Pacte que gobernará las Islas en los próximos cuatro años.
La tarea a la que se enfrentan no es fácil y deberán evitar, en la medida de lo posible, caer en los errores del pasado. En especial, deberán abandonar la política de áreas estancadas y de descoordinación entre conselleries en las que la responsabilidad recaiga en diferentes formaciones.
En cualquier caso, todos y cada uno de los partidos y coaliciones del futuro Govern deben tener bien claro que, por encima de los intereses partidistas, deben estar los de los ciudadanos de Balears.
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