Un nuevo fin de semana la violencia callejera ha hecho acto de presencia en varias localidades del País Vasco, mientras dos jóvenes han sido detenidos y pasarán a disposición de la Audiencia Nacional por actos de 'kale borroka', lo que demuestra que el sistema policial y judicial no se ha detenido y continúa su labor contra cualquier forma de terrorismo.

El rebrote de la violencia en las calles de Euskadi y Navarra no se corresponde con una situación en la que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está haciendo esfuerzos considerables por alcanzar la paz definitiva, pese a la dura oposición del PP. Como tampoco se entiende que el líder abertzale Pernardo Barrena afirmara que las palabras del presidente del Ejecutivo sobre la legalización de Batasuna son «una maniobra de despiste».

Realmente es Batasuna y es ETA quien debe dar pasos para acabar con una lacra que lleva persiguiéndonos cuarenta años. El camino ha sido trazado de forma clara. Para optar a presentarse a los próximos comicios del año que viene debe cumplirse la Ley de Partidos y eso supone la condena de la violencia y, además, Batasuna debiera tener otros estatutos y presentarse bajo otras siglas.

Por el momento, los abertzales no han cumplido ninguna de las condiciones y continúan con su reclamación de la mesa de partidos, algo que el Gobierno no contempla en tanto no se produzcan las condiciones necesarias. Y, por si algo faltara, ETA no ha abandonado las armas ni ha dado más paso que el de su anuncio de marzo del alto el fuego permanente. En esta situación quien está en condiciones de plantear exigencias es el Estado de Derecho y no quienes manejan la violencia como instrumento de sus pretensiones.