Los ciudadanos, como consumidores y usuarios de todo tipo de servicios, estamos siempre a expensas de que empresas y organismos públicos decidan elevar sus tarifas sin mayores explicaciones. Acaba de ocurrir en un asunto tan sensible para los habitantes de las Islas como es la emisión de billetes aéreos, que las tres compañías más importantes -Iberia, Air Europa y Spanair- han decidido de pronto subir entre dos y diez euros sin más motivo que, sencillamente, así haberlo querido.

Y ocurre a menudo, porque el año pasado la subida de los precios del transporte aéreo se produjo para compensar el incremento del petróleo. Y ahora, cuando el petróleo se ha estabilizado, pues suben el precio sin motivo alguno.

Lo curioso, además, es que lo han hecho de forma conjunta, al mismo tiempo y por el mismo concepto, una circunstancia que bien podría ser casualidad pero que no parece garantizar el derecho a la libre competencia.

Sea como fuere, y cuando el Gobierno anuncia un próximo aumento -no exagerado, desde luego, pues pasará del 33 al 38 por ciento- del descuento para los residentes en Balears, las compañías aéreas se apresuran a «compensar» ese descuento con nuevas subidas.

Por lo visto, nada de lo que se haga es suficiente para contener los precios de los billetes de avión, que deben ser consierados en territorio insular como un bien de primera necesidad.

Las iniciativas oficiales -la declaración de servicio público y el aumento de los descuentos- se muestran poco eficaces y seguimos estando a merced de la buena -o mala- voluntad de las empresas que ofertan el servicio, en precios, rutas y frecuencias.