Al cumplirse dos años de la llegada del Pacte de Progrés al Govern de las Islas se han hecho públicos los resultados de una encuesta que refleja algunos datos sorprendentes. Por ejemplo, que uno de cada tres consultados opina que este gobierno progresista es más o menos igual que el anterior. Una idea que a bien seguro molestará a los integrantes del equipo de Francesc Antich, que, por otra parte, apenas salvan su gestión con un aprobado justito.

Nunca son demasiado fiables estas encuestas y hoy probablemente los habitantes de Balears establecerían distintas prioridades a la hora de señalar sus máximas preocupaciones, pues este estudio se elaboró en julio pasado y la vivienda, las carreteras y el transporte público aparecen como los «puntos negros» de la gestión autonómica.

Cierto que el repentino y espectacular aumento del precio de la vivienda en las Islas se ha convertido en una preocupación general y pocos escapan a este problema, pero en las actuales circunstancias "una guerra mundial anunciada" el asunto todavía se ha complicado más. Porque aún no están claras las implicaciones económicas de la delicada situación política internacional y si bien hoy baja el precio de la gasolina, mañana pueden tener lugar acontecimientos gravísimos que nos afecten directamente.

Así las cosas, es difícil saber qué piensan los ciudadanos de Balears en general, aunque el sondeo oficial habla de cierta conformidad, puesto que incluso los votantes habituales del Partido Popular aprueban el trabajo del Pacte. Que sirva pues de guía a este Govern a la hora de diseñar sus políticas el saber que los ciudadanos están descontentos con la vivienda, las carreteras, el transporte público y la inseguridad ciudadana. Por lo demás, las críticas no han sido demasiado sonoras.