Las relaciones entre el Govern balear y la presidenta del Consell Insular de Mallorca, Maria Antònia Munar, vuelven a encenderse y esta vez la chispa la ha hecho saltar la controvertida Llei de Comerç que el gobierno autonómico pretende aprobar en breve en el Parlament. Las cosas nunca son fáciles cuando un Ejecutivo está formado por varios partidos de distintos matices ideológicos, pero aquí la aritmética y la diplomacia son aún más complicadas por el hecho de tener que contar con el apoyo desde fuera del propio Govern de otro partido de muy distintas connotaciones. Porque Unió Mallorquina es un partido nacionalista, moderado y liberal. Y tener eso claro es fundamental para entender los amores-odios que se generan de vez en cuando entre los miembros del Ejecutivo "progresistas, ecologistas y nacionalistas de izquierdas" a raíz de esto y de aquello. Ya ocurrió recientemente con la idea de aprobar el derecho de adopción de menores por parte de homosexuales, que desató las iras de la presidenta mallorquina, que se debe a un electorado bastante más conservador en determinados temas.
Editorial
Un nuevo pulso Govern-UM
20/12/00 0:00
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