Ha comenzado el periodo oficial para que los partidos propongan a los ciudadanos soluciones y proyectos para los próximos cuatro años. A media noche comenzó la campaña electoral de las elecciones autonómicas, municipales y europeas de 1999. A pesar de que durante las últimas semanas han venido desgranándose las propuestas que cada una de las tendencias políticas han ideado para el futuro inmediato, los próximos 15 días son los que deben permitir a los votantes adivinar la capacidad de los candidatos que optan a hacerse cargo de nuestros asuntos. El simbólico acto de pegada de carteles ha dado vía libre a la petición de nuestro voto por parte de las diferentes formaciones políticas que concurren a esta triple consulta que debe determinar quiénes son nuestros alcaldes, consellers, diputados autonómicos y diputados europeos. Este acto abrió las dos semanas que restan para el 13 de junio, fecha de los comicios. Las distintas opciones presentadas tienen ante sí, entre otros deberes, el reto de producir en los ciudadanos el deseo de participar en la vida pública, de favorecer la convivencia de los distintas ideologías y de que se produzca en las instituciones una dinámica que mejore nuestras vidas. Los mensajes de los candidatos a los seis ayuntamientos de las Pitiüses y al Consell Insular y Parlament balear tienen también el deber de reforzar la idea de que los agentes políticos están para ocuparse de aquellos asuntos comunes que necesitan especial atención, porque en ellos se encuentra el bienestar social. Por su parte, los votantes deben comunicarles el mensaje de que es el momento de exigir, de que es necesario hacer ver que son los intereses de los individuos los que deben prevalecer y de que a los partidos tan sólo les corresponde la iniciativa de materializar los cauces por los que mejorar nuestra calidad de vida. Ha llegado la hora de pensar.